❝ 'Won't you say what's on your mind? ❞
La mayoría de los personajes son pertenecientes al universo de Marvel, por lo tanto no poseo propiedad sobre ellos.
Portada hecha por @tantadroga
❝Uno solo puede ver claramente con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos❞.
—El Principito.
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Selena cayó al piso sintiendo la helado alfombra de lucha chocar contra su cara.
—Recuerda alejarte después de cada golpe que des, el rival te puede pillar desprevenida.— le ordenaba Natasha, la cual se encontraba a un lado analizando la pelea.
Hoy era Jueves, lo que significaba entrenamiento físico con Romanoff; sin embargo a la viuda se le ocurrió que después de entrenar con muñecos de goma y sacos de boxeo, era un buen momento para poner a Selena a luchar con un rival de verdad. El hombre era uno de los ayudantes de la mujer, la castaña al inicio pensó que sería un enemigo fácil por lo flacucho y débil que se veía, sin embargo el chico era rápido y le dio una paliza a la castaña muy fácilmente.
Después de unos dos segundos la castaña se incorporó nuevamente a la pelea, puso sus brazos en guardia para parar cualquier golpe que le proporcionen y dio un paso hacia adelante haciendo que el enemigo retroceda, eso hizo que éste dejé su estomago descubierto y Selena pudiera pegarle un codazo en el.
El chico se retorció y la castaña pudo pegarle otro golpe en la cara, él chico le devolvió el golpe a duras penas sin embargo con potencia, por lo que la nariz de la castaña comenzó a sangrar.
—¿Quieres que paremos?— preguntó Natasha preocupada por la chica, ésta negó con la cabeza.— Vale, pues sigan.
A penas pronunció esas palabras, la castaña derribó al rival de un empujón y comenzó a darle golpes en el estomago. Cinco golpes pasaron cuando el chico se rindió, ahí Selena recién dejó de golpearlo; un poco horrorizada de sí misma.
—Lo siento.— dijo al cabo que éste se levantaba.
—Debo decir que te subestime un poco.— le respondió entre quejidos.— Supongo que me lo merecía después de todo.
—Ok Shawn ve a enfermería.— la viuda interrumpió la conversación, el nombrado se levantó y salió del salón de peleas.— ¿Cómo estás tú, chica?
—No puedo creer como lo dejé.— dijo la joven horrorizada.— Casi lo dejo inconsciente.
—Hey tranquila.— la mujer se acercó a ella.— Shawn está acostumbrado a esto, es nuestro sujeto de pruebas.
—Yo no estoy acostumbrado a ello.— soltó.— Por un momento pensé que no podría detenerme.
—Escucha, niña.— dijo con firmeza.— Vas a tener que hacer cosas como éstas de ahora en adelante y no puedes sentirte mal, eres tu o ellos y siempre tienes que recordarlo.
