Me acercaba su mano muy despacio. Mi corazón se calmó a sabiendas de que rozaría mi mejilla y elevaría mi rostro hacia él como siempre hacía cuando bajaba la vista al suelo, pero el toque no llegaba. Entonces abrí los ojos. Sus dedos se habían quedado a medio camino y ahora debatían temblorosos si llegar o no hasta mí. Moví mis pupilas hasta su rostro. Nunca había visto un color tan bonito y a la vez tan triste en esa mirada. Había miedo en ella.
-No te molestaré más.-sonrió y alejó su mano de mí desapareciendo por completo.
-¡Sousuke! - Miau. -Seda... Dime que sólo fue un mal sueño, por favor.
Respondiéndome, Seda saltó de la cama y cruzó la puerta ausentándose durante largos segundos. Estaba ya sentado sobre la cama cuando apareció de nuevo con algo en la boca.
-Oh, no. ¡Seda esto no es tuyo!- Le regañé y salió del cuarto como alma que lleva el diablo. Tenía de nuevo ese mismo pañuelo con las letras S. Y. bordadas en plata entre mis manos pero esta vez me veía incapaz de devolverlo.
Impotente por lo ocurrido la noche anterior, también fui incapaz de contarle nada a Haru. Sin embargo, y aunque preocupado por mí, ocurrió tal y como pensé. Me dijo que no tenía que contarle enseguida sólo que le resultaba extraño verme demasiado metido en mis pensamientos.
Utilicé más tiempo del necesario en pensar en una forma de libra al pañuelo, se me ocurrió dárselo a Matsuoka para que se lo entregara a Sousuke pero... No sé cómo no imaginé su respuesta:
-¿Por qué no vas tú mismo a su despacho luego? Seguro que le gustará verte.- me guiñó un ojo y me asentó un golpecito en el hombro. ¿Le gustará? Lo dudo.
Vale, ahora lo sabía. Matsuoka no tenía ese tipo de relación con Sousuke. Era más bien algo como tu amigo entrometido. No me disgustaba su simpática invitación pero no quería molestar a Sousuke sino no se lo hubiera dado directamente a él. Guardé de nuevo el sedoso trozo de tela en mi chaqueta y continué, sin mucho esmero mi trabajo hasta final de la tarde.
Haru condució silencioso de vuelta a casa. Encendió la radio rompiendo con la atmósfera un tanto tensa, quizá por mi culpa, que se había formado. Una canción terminó tan pronto comenzaba a sonar una nueva que me resultaba familiar.
... and the reason is you.
-¡¿Es que sintonizan esta canción siempre a la misma hora?!- grité irritado. Después intenté normalizar mi respiración mientras me frotaba el puente de la nariz.
-Makoto, ¿te gustaría hablar ahora?- dijo Haru, que, aunque se había llevado un buen susto hablaba pausado. Lo pensé durante unos segundos y después me animé a hacerlo.
-Ayer hice enfadar a Sousuke. - susurré.- Yo dije algo que no le sentó bien, él se alteró. Eso es todo. - evité contarle el porqué, debía guardarle el secreto a Sousuke.
-Bueno... Eso suena sencillo.-sí, suena más sencillo de lo que en realidad abarcaba.- ¿No lo arreglásteis anoche?- dijo con naturalidad.
-¿Le viste?
-Estuvo plantado delante de mí puerta durante media hora o así, claro que lo ví.- ¡Media hora! Zarandeé la cabeza a ambos lados.
-No solucionamos nada.- En realidad sí. Él ya no se acercaría más a mí y eso, extrañamente, me dolía más que todo lo que me desveló.
-No suenas convencido.
-Es complicado.-respondí de inmediato.
-Lo solucionarás. Tú siempre encuentras el modo, pero si lo necesitas...-no estaba seguro de si de verdad solucionaría algo que ya estaba zanjado.
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Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako]
Fanfiction¿Habéis leído "Cincuenta sombras de Grey"? Pues olvidad a Ana, mi nombre es Makoto Tachibana y esta es mi historia.