Nuevo Destino

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Me sentía incómoda y entumecida debido a que únicamente nos habíamos bajado en todo el día del camión sólo para ir al baño. Obviamente por separado, y aunque no me gustara sentir la hierba picando mis piernas era algo que tenía que hacer.

En fin, era de tarde y tras caer en una vergüenza frente al colega de Goku, se había vuelto a manifestar un silencio abrumador.
A decir verdad la escena en la que posiblemente ese tal Vegeta nos veía no era la mejor del mundo ni la más inocente.
Digo, yo, con la sudadera naranja de Goku, con el rostro sonrojado, sentada en sus piernas mientras él se movía debajo de mí.
Daba mucho qué pensar, supongo.

Pero ese pelinegro no dijo nada y únicamente se decidió a pasarnos de largo y desaparecer por otro camino.
Después Goku me bajó de sus piernas y me dió un mapa de los distritos a la redonda, me dijo que me distrajera.
Como si fuera tan fácil.

Bajé el mapa cuando lo vi tomar la ruta derecha en un cruce. Un letrero indicaba hacia un pueblo cuyo nombre no recuerdo y el izquierdo, hacia las montañas en Paoz, ruta directa.

Nos quedaba una semana de viaje.

—Oye cabeza hueca, es el otro camino. Es más rápido —Dije subiendo mis piernas al asiento.

No dijo nada. Aprendí que cuando lo hacía no era bueno insistirle o terminaríamos, no lo sé, en un bar lleno de extraños quizá.
Sin embargo volví a repetirle que s equivocó de carril. Bufó molesto.

—¿Cuál es tu problema? Yo conduzco, no tú —Me regañó.

—Auch —Elevé una ceja y la coloqué en mi pecho haciéndome a la herida— Sabes, evitas caminos, evitas temas de conversación, evitas que tus colegas te vean con una chica. ¡Tú eres el del problema! —Crucé los brazos y apoyé mi cabeza en el cristal de la ventana, tan duro que el golpe resonó en el interior del tráiler— Son Goku, no conozco nada de ti, así que sólo actúo como creo que será mejor, tanto para mí como para ti.

Bajé la vista, miré mis puños poniéndose blancos de tanto apretarlos con rudeza. Escuché una risa sádica de su parte, abrí los ojos asustada y miré rápidamente para ver su perfil.
Con su mano derecha cambiaba las velocidades, pasando de tercera a segunda.

—¿No conoces nada de mí? —Elevó la voz, sin llegar a gritar— Mi nombre es Goku Son. 27 años, soltero. Tauro. Alérgico a la penicilina. Conduzco un camión de mudanzas. No tengo casa propia y me encontré con una chiquilla fastidiosa por culpa de una amiga —Su tono fue burlesco, como si estuviera hablando consigo mismo en lugar de dirigirse a mí— Es todo lo que necesitas saber y la mayoría lo sabías hasta ahora. ¿Qué más quieres? ¿Que te diga cuánto tiempo llevo sin sexo? Te lo digo entonces, 5 años, Milk. ¡5 malditos años!

Al decir aquello puso su mano extendida frente a mi cara. Mostrándome su palma con sus cinco dedos.
Inflé mis mejillas y me mordí la lengua para evitar reír.
Fue en vano.
Acabé estallando en risa sin otra opción más que cubrirme la boca con las manos.

—¿Y por qué me dices eso? —Dije una vez que normalicé mi respiración— ¿Qué tiene que ver en todo esto el tiempo que lleves sin relaciones?

Me miró por el rabillo del ojo y chasqueó la lengua.
Vaya su historia, aunque no me sacaba por completo de dudas. Había dicho que era soltero y ¿La chica de la foto?
Nos quedamos en silencio una vez más, mientras buscaba las palabras correctas para decir. Reorganizando todas y cada una de mis verdades y mentiras.

—Milk Son. 17 años, soltera. Capricornio. Intolerante a la lactosa. Huérfana. Encontrarme con un amargado no estaba en mis planes pero resultó divertido y llevo 17 años sin sexo —Dije con una sonrisa de oreja a oreja.

Detuvo el vehículo cuando estuvo completamente inmóvil, giró su cabeza para mirarme a los ojos. Yo estaba a gatas entre los asientos. Quedando a milímetros de él.
Sentía mis mejillas rojas, su respiración tan cerca de la mía que se mezclaban, escuchaba nuestros latidos.

—¿Capricornio? —Preguntó. Rodé los ojos y oculté mi rostro para reír por lo bajo. Asentí.

—Cumplo la mayoría de edad el 31 de diciembre. Faltan 5 días para Navidad.

Los coches en la autopista nos rebasaban. El sol se ocultaba y solo las luces y los sonidos de los vehículos se escuchaban entre nuestro silencio.
Vi sus ojos e intenté descifrar quién era a través de ellos. Pero la opacidad me impedía descubrirlo.

Alejó su vista de la mía y la devolvió al camino.
Suspiró.
Maniobró el gigantesco vehículo en el que estábamos y nos dirigimos al camino izquierdo, el que nos llevaría a nuestro destino de manera más rápida.

°°°

Habíamos vuelto a meternos en un camino estrecho y rodeado de árboles altos. No eran pinos, eran robles.
De haberlo visto en el día, de seguro el paisaje se hubiese visto hermoso, y no tenebroso como lo veía debido a las luces intensas del camión.

Las estrellas estaban apareciendo brillantes en el cielo. Había frío.

Dejé de apoyarme en la ventana y me acomodé debidamente en mi asiento. Miré a Goku. Estaba serio, después de nuestra "discusión" las palabras se habían vuelto a ausentar.
Cuando miré a un costado del camino me estremecí.

Había un letrero en piedra que decía "Familia Son, Bienvenidos".
Tragué grueso, Son podía ser un apellido común, me dije.
Mis nervios no pasaron desapercibidos y se manifestaron en un grave rugido en mi estómago. En todo el día solo habíamos hecho una comida, tenía hambre.

—¿Tienes hambre? —Escuché a Goku.

Lo miré con un semblante irónico. ¿Qué acaso mi estómago no le había dicho nada?

—Sí, lo sé. Mala pregunta —Dijo.

Posteriormente volvió a girar el camión y se adentró por un camino que se abría entre los árboles.
Al principio creí que Goku había enloquecido y al llegar a un claro, sacaría una sierra eléctrica y me asesinaría de tan fastidiado que ya lo tenía.

Pero en lugar de ello, ante mis ojos se elevaba una casa, no, una mansión de madera y piedra con todas las luces encendidas dándole un toque cálido.

¿Quién eras, Goku?

Enséñame El Mundo «Gochi» [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora