¨He decidido que me gusta el amor unilateral. Creo con profundidad, que el amor que te profeso es tan grande, que seguramente alcanza para los dos. No espero que me ames, pues tu corazón y tu alma pertenecen a otra afortunada persona, Pero amarte me reconforta, y mi silencio me permite estar a tu lado. Te amo y amaré por siempre, en secreto, en demencia, daría todo por ti, pero no me ames, no, yo te amaré por los dos, unilateralmente, si supieras lo que siento por ti... huirías de mi lado o probablemente te quedarías, pero ante el amor soy cobarde, y el mínimo riesgo de perderte me aterroriza, por eso he decidido que el nuestro es un amor unilateral. Que no espera nada a cambio, más sin embargo, da todo por ti. ¨Todo comenzó esa mañana cuando te vi pasar toda sonriente, tomada de la mano de tu hermana menor, o eso pensé que era el momento que las vi juntas, te veías tan hermosa. Ojalá hubiese las agallas para acercarme a ti en ese instante, luego volví a verte, y no se que tenías tu, María, que de entre todas la personas te volviste mi obsesión, pero no cualquier obsesión, si no mi mejor obsesión.
Recuerdo la primera vez que te vi, hace casi tres años ya, cuando te vi pasar, en esa tarde de invierno, caminando con paso apresurado hacía tu trabajo, y yo, como era de esperarse en mi, andaba perdido en mis pensamientos. Chocamos y caímos al suelo como dos tontos, en ese momento, me di cuenta de lo que sucedía a mi alrededor y desperté de mi estado zombie, me puse de pie lo más rápido que pude y te ayude a levantar; me diste las gracias y yo te pedí disculpas, estaba sumamente avergonzado por lo ocurrido. Pero sin saber por que o como, nos reímos, y fue en ese justo momento, cuando me miraste a los ojos, con tus hermosos ojos color canela, que me di cuenta que había quedado perdidamente enamorado de ti, una persona de la cual había desconocido su existencia toda mi vida. En ese momento, llego a mi mente la frase del libro que había empezado a leer hacía unos días ya, y decía así:
¨El amor sólo es bello cuando se encuentra alguien que te ayuda a convertirte en lo mejor que puedes ser.¨
No podía creer la forma en la en que mi corazón respondía ante tu mirada, terminaste pidiendo disculpas, nuevamente, para luego retirarte y seguir tu camino... te seguí con la mirada hasta que te perdiste entre la gente y no te pude ver más, en ese justo momento, en el que ya no pude verte entre el mar de personas el sol decidió ocultarse y pareciera como si el cielo me gritara que mis únicos días soleados serian cada vez que estuvieras a mi lado.
Soy un ex-drogadicto y un ex-alcohólico que ahora asiste a rehabilitación, para así poder rehacer mi vida como alguien normal, si así podríamos decirle. Mis padres murieron cuando tenía 12 y era hijo único, huí del orfanato al cual el servicio social me había enviado, un grupo de chicos me acogió, me sentía aceptado y comprendido, no sabía que estaban en las drogas y poco a poco me fui adentrando en ese mundo sin retorno, hasta que el día que cumplía mis 24 años casi pierdo la vida por una sobre dosis... así es, había intentado quitarme la vida al mezclar éxtasis con heroína.
Desde ese día que te vi decidí rehacer mi vida y convertirme en una persona digna y merecedora de la vida y de ti, empece a aprovechar hasta los más pequeños detalles de mis días y poco a poco mi vida se fue llenando de felicidad. Exactamente eso fue lo que paso cuando entraste a mi vida, todo se volvió brillante en aquel cuarto oscuro en el que pensaba que me encontraba. Desde hace tres años somos amigos, te acompaño a todas partes y estoy ahí para ayudarte con Luna, tu hermana menor o así la llamas... Aunque sé que detrás de todo eso ocultas un pasado igual de oscuro que el mío, un pasado que te da vergüenza recordar pero que gracias a él eres fuerte e independiente.
Nuevamente nos encontramos, justo en el mismo lugar en el que nos vimos aquella primera vez:
-Jason, Hola- Grito María, mientras levantaba sus dos manos para llamar mi atención.