No puedo vencer a mi triste corazón,
nuevamente soporto a la oscuridad y
a las noches en vela.
Después de años sin saber de ti y ahora vienes así como si nada, como si no te hubieras marchado de un día para otro sin darme una explicación.
Creí que ya no te necesitaba, que ya eras parte del pasado, que ya no te amaba, pero me equivoqué.
Y hoy me encuentro nuevamente a un costado de mi escritorio, las luces están apagadas y lo único que alumbra mi habitación es la bella luna.
Mi corazón está triste de nuevo, la felicidad y tristeza me consumen poco a poco. Sigo sin poder dormir.
¿Por qué volviste? ¿Quieres ilusionarme y dejarme nuevamente?
Sin soportar mi desesperación,
el amanecer me despierta, indiferentemente.
Puedo oír claramente como pronuncias mi nombre, puedo sentir cómo te acercas a mí y me levantas con un casto beso en la frente.
¿Acaso estoy soñando? Esto parece real.
Tu sonrisa, que hace feliz a cualquiera. Esos oyuelos que se forman en tus mejillas ¿Cómo olvidarlos?
Quiero abrazarte fuerte y no soltarte, no soltarte nunca.
¿Por qué te vas? ¿a dónde irás? Te veo cada vez más lejos ¿no me llevarás contigo? !ESPERA!
Desperté e inmediato sentí tu ausencia, volví a soñar contigo ¿Por qué tiene que ser así? Estoy harto. Harto de seguirte amando.
La herida quema más de lo esperado,
la herida se hace más profunda de lo que esperaba.
Las incontables noches resistiéndome, son como el infierno para mi.
Mis amigos siguen preguntando por ti, siguen preguntando si te amo todavía, si te extraño. No puedo mentirles. Te entregué todo de mí ¿cómo podría dejar de amarte?
Hoy mientras limpiaba mi cuarto encontré fotos nuestras, fotos de nuestro primer acercamiento, nuestro primer contacto, nuestro primer abrazo, nuestra primera cita, nuestro primer beso.
La herida que creí cerrada volvió a abrirse pero cada vez se hace más profunda, no esperaba que sea así.
No pude evitar las lágrimas. Realmente te extraño y te quiero conmigo ¿tú deseas lo mismo?
Quiero ir contigo, tengo muchas ganas de correr a tus brazos, pero no puedo. No aún. Esto cada vez se convierte en un infierno sin fin. Engañándome a mí mismo al decir que voy olvidarte.
Entiende que no es fácil para mí aceptarte de nuevo en mi vida, no después de que me hayas dejado de la nada, sin despedirte.
Por favor, quédate a mi lado.
Por favor, quédate conmigo.
Por favor, no me sueltes.
Por favor, no te vayas, quédate a mi lado por más que trate de alejarte.
Por favor, solo una vez, lucha por mí, lucha por un nosotros.
Por favor, no te atrevas a dejarme de nuevo.
La persona que toma tu mano,
si das un paso más y te alejas más lejos,
solo puedo dar un paso para acercarme y es suficiente.
Yo siempre tomé tu mano, confié en ti, pero cada vez más te alejabas, era imposible alcanzarte, solo di un paso, pensé que podría estar contigo pero no, fallé.
Las miles de veces en un día,
que repito y pienso en tu apariencia.
Para serte sincero, desde el día que te conocí es difícil no pensar en ti, en como luces, en como sonríes, en como eras solo TÚ.
Las palabras imperdonables que me dijiste,
esa mirada helada y esas expresiones frías.
"No quiero verte" "Vete de aquí" "Estoy harto de ti" "Ya no te amo" "Eres un idiota" "No llores, te ves ridículo".
¿Recuerdas aquellas dolorosas palabras que escupiste de tu boca antes de marcharte sin pensar en cómo me sentía?
No te creí ni una de ellas, por más que tu expresión fue fría, por más que quisiste hacerlas parecer creíbles, no lo lograste.
Yo conozco al verdadero tú, el verdadero tú no sería capaz de escupir aquellas palabras a la persona que amas.
Sé que mentías.
Fuiste una persona increíblemente linda,
fuiste una persona realmente linda.
A pesar de todo siempre fuiste una persona increíblemente linda, una persona que apoyaba a todos, me apoyaba. Una persona que brindaba ayuda y amor a los demás.
Una persona que le gusta ayudar a los necesitados y ama a los animales como a los dulces.
Siempre demostrabas tu cariño a la gente que amabas.
No se puede describir con palabras la maravillosa persona que eres.
Por favor, no seas así conmigo.
Me conoces bien.
No seas tan cruel a la hora de hablar.
Por favor, quédate conmigo una vez más.
Por favor, abrázame fuerte.
Sabes que soy tan indefenso, tan sentimental.
Las palabras fuertes me hieren.
Volvamos a ser felices.