1

777 49 141
                                    

Está exhausta. Sanar las heridas de su compañero después de que éste se interpusiera entre ella y el ataque de Deathstroke a acabado con todas sus fuerzas.

Últimamente se a vuelto una rutina. Cada vez es mas temerario.

Un verdadero suicida, pero es su compañero y la responsabilidad pesa más que todo lo que le pueda molestar su actitud.

Sus pequeños pies la llevan directa a encerrarse en su habitación.

Cierra con fuerza los ojos. Por fin silencio, por fin algo de paz.

Suspira al ver la nota pegada en el espejo.

No sabe como sentirse. Imaginar la facilidad que tiene para inutilizar toda la seguridad de la torre, le resulta demasiado pertubador.

Aún así debajo de su eterna mascara de hastío, acaba formandose una diminuta sonrisa al leer la nota.

Sonríe más...

Camina hasta el papel y lo sostiene entre las manos. Lo vuelve a releer y la sonrisa sigue sin borrarse de su cara.

Lo imagina escribiendo la nota y la ternura la invade sin permiso.

Se deshace de las evidencias. Viendo el agua correr se da cuenta que al igual que por el desagüe el papel a desparecido, también lo han echo todas las barreras que durante años ella misma a levantado a su alrededor.

Él se a encargado de echarlas a bajo una a una.

.....

En la oscuridad de la noche dos siluetas se mueven sigilosas entre las sombras esperando a que la reunión de narcotraficantes comience.

Uno analiza minucioso el entorno, mientras que el otro se dedica a revisar sus armas.

Pasa el tiempo y el joven se molesta, quiere acabar rápido y emprender el camino de vuelta a Jump City.

Resopla enojado, mientras su hermano lo mira sonriente..

—¿Hay algo que te preocupe?

—...Sí, tú.—Vuelve su rostro y lo encara.

— Vaya eso es nuevo... Jamás pensé que podrías preocuparte por mí...— el tono burlón que usa saca de quicio al joven.

—¿Crees que soy estúpido?—Camina hasta él.

—No lo sé demonio... Dímelo tú.— vuelve  la mirada a su revólver.

—Solo estas jugando.—sisea molesto.

—¿Estas celoso?—la diversión lo aborda.

—Es mi compañera, no la quiero distraída durante las misiones...

—Sí lo estas.— comienza a molestarse él también.

—Para ti solo es un pasatiempo y eso puede traer problemas para controlar sus poderes, el equipo se vería afectado.

—Claro... ¿Ahora el estúpido soy yo? No la voy a dejar por mucho que te joda, así que ya te puedes ir acostumbrando a verme a diario.

—¿No te bastan todas esas otras...mujeres? ¿Prefieres andar como un idiota de una ciudad a otra? ¿Cuanto crees que tardaran a enterarse los demás?

—Tranquilizate demonio. No me importa que lo sepan, en realidad es lo que quiero...

—Vas a tener que parar esto antes que sea peor.

—Claro, porque el demonio me obliga...—guarda silencio durante un momento — Me importa mas de lo que me gustaría...

—Eso te lo puede creer ella, yo no. Te conozco demasiado.

—... Me importa un carajo lo que pienses, tú y todos los demás, estamos bien y no se va a acabar por mucho que lloriquees.

—... Ya veremos.

—Ya han llegado. Vamos.

....

Se tumaba en la cama con la cabeza revuelta en mil pensamientos...

Tiene miedo y aun así no puede evitar contar las horas que faltan para verlo.

Por debajo de la puerta ve como alguien desliza un papel.

Sorprendida se levanta y lo toma entre sus manos.

Necesito hablar contigo.
Te espero en la azotea en diez
Minutos.

LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora