Quizá suerte,
fue la de encontrarte bailando,
consagrándote como diosa,
sin nada que perder,
sin nada que pedir.
Quizá suerte,
fue que me desnudaras
la mente con tus palabras
vestidas de caricias.
Quizá suerte,
fue despertar con tus ojos
y ahogarme en tu mar
de humo de cigarrillos
y cerveza fría.
Quizá suerte,
fue creer que era tuyo
y vos mía,
sin pensar que pasaría al otro día.
Quizá suerte,
fue despedirnos,
por que fuimos
efímeros.
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Los poemas que le escribí a la Luna
ŞiirSelección de poemas cortos sobre el amor, la noche, el tiempo y tantas otras reflexiones más.