Enseñame a Olvidar II: volver a nacer

Cap 14- ¿Como esta mi esposa?

Cap 14- ¿Cómo está mi esposa?

William:

Nuestro hijo nacería en unos meses, así que tenía que mover los asuntos con urgencia. Sin pensarlo mucho me dirigí a la mansión Grimaldi a hablar con Marcos, para hacerle la propuesta. Al parecer llegué justo a tiempo, porque él también iba llegando. No me querían dejar pasar hasta que Marcos diera autorización. Yo era un enemigo muy poderoso y no se arriesgarían.

Esperaba tranquilamente la respuesta, cuando vi bajar de un auto a una distraída Natalie .

¿Qué hacía ella aquí? No me gustaba lo que veía, algo no andaba bien, lo podía sentir en los huesos.

En primer lugar: Natalie no sale de casa si no es conmigo. Sus miedos aun no la dejan ser completamente libre y el verla precisamente en esta casa y tan temerosa como lo hacía, no me gustaba, no me gustaba en lo más mínimo.

Segundo lugar: Aunque iba con la caravana, parecía que Marcos no se había percatado de su presencia y más bien parecía que ella se escondía de él.

Salí de mi auto al verla entrar en la casa, pero uno de los hombres se paró frente a mí prohibiéndome el paso. No podía permitir que Natalie anduviera sola, especialmente no en el estado que estaba.

llevé mi puño a su rostro, dando un fuerte golpe que lo hizo caer en su trasero. Otro hombre corrió tras de mí gritando que me detuviera o dispararía si no lo hacía.

La casa estaba muy bien resguardada, así que no pude llegar a la entrada sin que unos diez hombres se pusieran en mi paso apuntándome con sus armas.

- ¡Détente o disparo! - la voz de uno de ellos retumbó en mi oído.

- Mi mujer acaba de entrar y necesito ver que está bien - dije tratando de calmar un poco el barullo que se había formado con mis hombres y los de Marcos. No es que tuviera miedo que empezarán los balazos, si no que necesitaba llegar a ella y asegurarme que estaba bien.

- Está bien, déjenlo pasar - la voz de Marcos los tranquilizó. Volteé a verlo y su rostro se veía apagado, nervioso. ¿Qué sucedía? ¿Por qué me veía con ojos de pena? En vez de tranquilizarme me alteré más de lo que ya estaba y sin decir media palabra empujé a los hombres que estaban enfrente de mí abriéndome paso.

Mi corazón se aceleró descontroladamente y mis manos empezaron a sudar, al escuchar la voz de...Leo? hablando con Natalie

- Tú siempre amaste a William, siempre supe que al final del caminó terminarías a su lado, o dime Natalie ¿Serías capaz de dejar a William por mi? ¿De dejar a tu hijo sin su padre? ¿Sería capaz de seguirme.? No, yo lo sabía...- Un grito desgarrador interrumpió lo que decía.

Di los últimos pasos necesarios, para entrar al interior ¿Que le estaba haciendo? Lo mataba si se atrevía a lastimarla. Me topé con la imagen que jamás esperaba volver a ver.

!Leo!

La espalda de Leo cargando a mi esposa en brazos. Mi mundo colapsó, se cayó a mis pies, quebrándose en mil pedazos. Empecé a sudar frío, no solo por tenerlo a él frente a mi cuando creía había desaparecido de mi vida para siempre. Si no por el miedo de ver a mi mujer, flácida e inconsciente en sus brazos.

- ¿Tú? ¿Qué diablos le hiciste? - grité furioso, lo que hizo que él volteara su rostro a mi. Me quedé mudo, frío al ver su rostro. Estaba desfigurado por el fuego y pude ver dolor en sus ojos. El odio que sentía por él, en ese momento se convirtió en pena. Leo siempre fue un hombre altanero, seguro de sí mismo y en este momento era uno derrotado.

- ¿Te sorprende verme?...

— William llévame al hospital — suplicó la voz de Natalie.

Salí como alma que lleva el diablo de ese lugar, necesitaba sacarla de ahí en ese mismo instante. Su cara llena de dolor me mataba, sabía no solo eran dolores de parto, sino de volver a verlo a él. Manejamos en silencio, no tenía valor siquiera de preguntar algo más que como se sentía. Ella solo movía la cabeza diciendo que bien.