El panorama de mis recuerdos

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Dejo caer mi cuerpo boca abajo sobre la cama, siento como mi espalda se relaja y estiro mis piernas a lo largo de las frías sábanas que me aportan placer. Es raro conocer los mismos sabores de la vida pero a la vez no haber probado ninguno. Por momentos me gusta pensar que algún día podré sentirme orgulloso de ser un Vargas, pero la realidad es otra, las cosas en esta casa son fuertes: Peleas con cuchillos, vasos y platos siendo lanzados sobre cabezas, infidelidades, atrocidades sexuales, incesto. Es una familia muy retorcida, de la cual, aún no tengo ni la menor idea de las razones principales de tanto  caos.
Que si mi tia es muy gorda o muy flaca, que si mi primo está explorando su sexualidad o que si mi abuelo es un pedófilo; este tipo de cosas salen en las platicas de mis padres cada vez que se sientan a comer. En algún punto,  me pareció interesante ponerme al tanto de los dramas de la familia Vargas y Velázquez pero llegó un momento en el que comienza a parecerme monótono; siempre han sido los mismos problemas, lo único que cambia es la persona que los sufre.

Me acomodo para ver el techo de mi habitación y suspiro.

No me gusta sentirme vacío, no me gusta ser el joven de la familia que no tiene nada interesante que aportar, mis notas no son extraordinarias pero tampoco pésimas, mi vida amorosa no es horrible pero tampoco es la mejor; no soy el más sociable pero tampoco soy el más apartado. Simplemente no me gustan los dramas. Mi hermano mayor, Diego, es uno de los jóvenes más polémicos en la familia. Se fue de mi casa a los 17 para generar su carrera como criminologo. Comenzó a trabajar para pagar un cuarto rentado en casa de su amigo y dejó de pedirle dinero a mis padres también, embarazó a su novia a los 16 (quien falleció  con todo y bebé en un asalto gracias a 5 apuñalas). Todo esto ocurrió debido a una gran pelea situada en el pasillo frente a mi cuarto. Mis padres querían que Diego estudiará algún tipo de ingeniería pero él nunca había querido eso y, ellos lo sabían muy bien, en fin, era el día de las prefichas para la universidad, entonces, Diego tenía que decidir inmediatamente. Mis padres le dejaron muy en claro que si elegía criminología, él mismo tendría que pagar todo porque no estaban dispuestos a invertir en algo que no iba a tener sus frutos (a parte de que mi mamá es súper cristiana y está en contra de ver gente muerta todos los días, pero esa es otra historia). El caso es que Diego eligió criminología y... ya se imaginaran lo ocurrido. Lo admiro mucho, nunca había visto que alguien siguiera un sueño tan apasionadamente. Casi todos los fines de semana viene a verme.
Recuerdo el día en que hizo su maleta y con los ojos algo llorosos me explicó que esto no iba a afectar nuestra hermandad, y que, a pesar de todo siempre íbamos a ser el mejor dúo de la familia. Lloré a mares. El simple hecho de no verlo caminar frente a la puerta me daba escalofríos, para mí, que se fuera era como si hubiera muerto.

Al crecer en una familia cristiana  te prohíben muchas cosas, y más si tus padres se toman muy en serio la religión. En mi caso, es imposible ver películas de terror, quiero decir, ¿A quién chingados no le gusta asustarse un poquito? Tampoco podemos decir ninguna mala palabra (aunque eso lo veo más por educación que por religión), no podemos ocultar la verdad, cueste lo que cueste, mentir nunca debe ser una opción. Hay otras reglas como: no casarse con un yugo desigual (ósea un "mundano"), no usar ropa provocativa o alguna frase obscena en ella. Digo, no estoy haciendo esto para criticar a la religión, sino  a mis padres.

En estos momentos ya no seguimos tanto esas "reglas", desde que cambiamos de iglesia. Mi hermano dejó de ir a los 16 años, y yo ahora a mis 17 años con 5 meses, 2 días aún siento la necesidad de hablar con Dios uno que otro día.

-Ángel, ¿puedes venir? Por favor.- Grita mi madre.

Contesto con un leve suspiro que estoy seguro que ella no logra escuchar.

Bajo las escaleras de dos en dos escalones y por unos segundos recuerdo cuando solía hacer lo mismo en mi niñez.

-¿Qué ocurre?- le pregunto con mi ya conocido tono indiferente.

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2018 ⏰

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