En el momento de la plenitud de sus vidas, Nanjo Yoshino y Kusuda Aina, dan el paso más importante en la relación que mantuvieron.
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-Quiero que sepas que lo quiero y seguiré mi vida junto a él.
La noche era fría, la temperatura había caído a 0 a pesar de estar a la mitad del verano. El pequeño restaurante en medio de una calle de Shibuya, Tokio, aún mantenía algunos comensales, quizás se resguardaban del frío en el exterior.
Las mesas de madera le daban un toque acogedor al ambiente. Sin embargo, en la mesa 2 tazas de café completamente sin beber y totalmente frías ya, aguardaban por que sus dueños prosiguieran su conversación.
Mirando hacía la ventana una muchacha de cabello corto mantenía la mirada en la distancia, como abstraída por sus pensamientos. Un ligero sueter con rayas horizontales de tonalidades beige y pantalón jean azul con botas negras. Frente a ella su acompañante, una joven cabello largo llevaba un bestido blanco largo, sin diseños, abrigada por un sueter de color morado e igualmente de botas en los pies.
-He decido aceptar su proposición, él es una gran persona y me ha aceptado tal cual soy.
La joven del bestido dijo esas palabras antes de hacer un breve silencio.
-Mi familia lo ve con buenos ojos y están contentos que pueda tener una relación formal, ellos lo aprueban. Ellos pensaban que me quedaría sola, ya que consideraban que no había conseguído a alguien que me quisiera y estuviera dispuesto a quedarse a mi lado, ya sabes, yo nunca tuve una pareja...
La joven de cabello corto continuaba mirando hacia la ventana, hacia la noche.
La muchacha del vestido prosiguió
-lo conosco desde hace años, y siempre se interesó por mi. Pero yo nunca le hice caso, por que yo... yo creía tener algo... algo especial con otra persona. Siempre estuve esperando que este algo especial se hiciera realidad, que sería capaz de romper las barreras, de atreverse a todo por mi. En mi corazón deseaba poder tomar su mano sin temor, poder abrazar ese algo especial por la calle, poder sonreir con las situaciones embarazosas que se dieran a nuestro alrededor.
...
-el se preocupa por mi y creo que será un buen esposo, y aunque no estoy segura de lo que siento, creo que podré llegar a amarlo, con el tiempo, se que así será. Dejaré atrás todo lo que existió antes, aunque quizas no sea mucho, al final, nunca tuve una pareja...
...
-Nunca tuve alguien a quien llevar a casa, a quien presentar a mis padres, sobre quien contarle a mis amigos.
Una lágrima empezó a rodar por su mejilla.
-Yo creía que ese algo especial que amé tanto pudiera atreverse a pelear por mi, yo siempre estuve dispuesta a dejarlo todo, a enfrentarlo todo, incluyendo el rechazo de mis padres. Pero el tiempo voló y los años transcurrieron, y nada jamás pasó.
-Voy a atesorar los momentos que pasé por que aún los sigo amando, pero este paso, creo, ha llegado el momento que debo darlo...
La joven de vestido se quedó mirando a su acompañente, impotente...
