18. Invitada de honor (5ª parte)

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 –¿Es una heroína? –se sorprendió Nameless y la aludida no pareció enterarse, volvía a estar ida mirando una colección de cuchillos sin verla–. Entonces realmente vino del otro lado del río. ¿Por eso robó la cinta?

–No puedo robar algo que es mío –gruñó Satán, que estaba desensartándose con ayuda de Wolfenstein–. Sólo lo retiré del público–. ¿Preferirías –jadeó al conseguir sacarse una punta de lanza– que la devolviera junto a la otra cinta? –preguntó con saña.

Nameless recordó a la Conserje y controló su miedo.

–Yo no le he atacado, sólo quiero entender por qué lo esconde, pensaba que en este Instituto todos estarían de acuerdo con secuestrar y esas cosas.

–Primero queríamos entender nosotros qué le pasa –contestó el profesor de Cacharros–. Vir... Esta chica antes no era así –aseguró señalando a la que salía el pasillo como si se hubiera olvidado de su presencia–. Pero es un poco... inestable.

–Que yo sepa, era una heroína modelo –añadió Roca, mirando asombrada a la chica con pelo alborotado que arrastraba un hacha de doble filo como si fuera un peluche.

–¡No dejéis que ande suelta por ahí! –ordenó Satán, por lo que Nameless se apresuró a ponerse a la par que la chica e intentar entablar una conversación con ella.

–Hola, ¿a dónde vas? –preguntó con cautela y no recibió respuesta.

–No conviene cabrear a su padre –recomendó Sica–. Tiene muchos recursos y pocos escrúpulos.

Nameless le dirigió una mirada espantada, si ella ella hablaba de andarse con cuidado con los escasos escrúpulos de alguien, tenía que ser terrible.

–Los padres no pueden intervenir en los chanchullos que tengamos el Instituto y la Academia –le contestó Wolfenstein–. Sobre todo si la propia Academia no ha hecho ningún movimiento.

–Eso es lo mejor de todo –proclamó Satán saliendo al pasillo con la camisa agujereada y ensangrentada por múltiples puntos–, que la Academia no nos ha preguntado oficial ni extraoficialmente si tenemos a alguna alumna suya.

Nameless frunció el ceño y se lo pensó un poco.

–Entonces... o ella no venía de la Academia, lo que sería muy raro, porque qué haría si no en el bosque en plena noche con estas pintas, o sí que venía, ¿pero allí la tenían encerrada en secreto y no quieren que nadie se entere?

–Justo lo que he pensado yo –coincidió Jack.

–Muy bien, mis novatos estrategas –felicitó el Director–. Y por qué creéis que los gloriosos e impolutos héroes actuarían así?

–¿Un experimento que no salió como esperaban? –propuso Jack.

Nameless miró a la muchacha a la cara, buscando alguna aclaración por su parte.

–¿Qué te han hecho?

–Sí, yo también he pensado en un experimento –asintió Wolfenstein–. Pero la Doctora no ha sido capaz de hacerle ni una sola prueba médica, nuestra invitada se pone muy agresiva.

–Virginia no era del tipo de chica con el que hubiera esperado que hicieran experimentos –reconoció Satán–. Su padre es un tipo muy influyente, como ha dicho Morilec y, tal como ha dicho Eisentblut, era la heroína modelo, todos querían que sus hijas fueran tan perfectas como ella.

–Puede que a ella no le gustara –opinó Nameless, atenta a cómo se blanqueaban los nudillos de la mano que agarraba el hacha según qué decían.

Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora