El Amortz Prohibido

CAPÍTULO I: Encuentro

La ciudad de Córdoba siempre fue muy agobiante en el verano. Las altas temperaturas se combinan con la alta humedad haciendo que el pasar de las horas sea un infierno sin igual. En una de esas típicas tardes, Damián se disponía a partir para su trabajo con el entusiasmo que tanto lo caracteriza. Pero había un problema... Al subirse al 67 y emprender viaje, notó que algo estaba mal; no, algo le faltaba. Se había olvidado su portafolio en la mesa de entrada de su casa. El portafolio era vital para el trabajo que debía hacer en el día por lo que inmediatamente se dirigió a la puerta del colectivo y tocó el botón para poder descender.

-Tengo que apurarme. El próximo colectivo pasara en tan solo 15 minutos y estoy a 15 cuadras de mi casa. Si tan solo tuviera la velocidad y agilidad de mi amigo Bompa...

Damian estaba muy concentrado y llegó al punto en que todas sus capacidades mentales estaban concentradas en suministrar energía a sus piernas y en calcular el tiempo. Ignoraba todo lo que sucedía a su alrededor. Y en esa concentración, Damián caería en una esquina al chocar con alguien que pasaba.

-¡¿Qué haces?! Porque no ves por don...

Damián quedó atónito. Estaba por insultar a una persona que chocó con el por su culpa. Pero no era eso lo que le llamó la atención. Había chocado con una chica hermosa.

-Lo siento, no te ví. Estaba tan apurado que simplemente pensaba en correr.

-N-no hay problema. Yo tampoco me fije bien. Por favor discúlpame.

-N-No la culpa fue mía, insisto. Por lo menos déjame ayudarte a cargar tus cosas de vuelta en su mochila.

La cara de Damián estaba mas roja que las nalgas de mi hermano después de una sesión con mi tío y el lo sabía. No quería mirar a la joven a la cara y quería concentrarse solo en ayudarla a cargar sus libros de vuelta en su mochila.

-Oye ¿A ti también te gusta esta libro?

-¿Eh? Ah sí. "Lluvia de pollas ensangrentadas" es mi favorito.

-¡El mío también! Pensé que era el único que disfrutaba de este tipo de literatura.

-S-si, entiendo como te sientes. Mis amigas dicen que soy una boluda por leer ese tipo de libros.

-No saben lo que dicen. Por cierto, me llamo Damián.

-Yo soy Karakachumba. Encantada

De repente, Damián se acordó que tenía que ir a trabajar por lo que no podía perder mas tiempo. Saludó a Karakachumba desde la distancia pero antes de que se diera vuelta escuchó algo peculiar: "¿Nos volveremos a ver?" Damián no sabía si lo había imaginado o pasó de verdad. Ante la duda, el respondió afirmativamente. El no lo sabía en ese entonces, pero había conocido a su alma gemela...