Perdón ➳ Tododeku (Two-shot)

Primera parte

—¡Eres un idiota Todoroki!, ¡me lo esperaba de cualquiera menos de ti! —gritó mi novio con claro tono de decepción mientras que de sus ojos se asomaban lágrimas traicioneras que amenazaban con salir, mas él no lo permitió—. ¡No puedo creer que desconfíes así de mí! Lo más importante en una relación es la confianza...— entonces hizo un pausa desviando la mirada. Sus manos se hallaban cerradas en puños con fuerza, reteniendo su impotencia—, ¿a-acaso... Ya no me amas?

Mi respiración cesó por unos instantes y me quedé mirándolo sin decir palabra alguna. Izuku levantó la mirada y nuestros ojos se encontraron.

Su rostro era todo un poema, por una parte su mirada reflejaba decepción y enojo y, a su vez, también tenía el ceño levemente fruncido.

—¿Sabes qué?, ¡ya no lo soporto más!, ¡ni siquiera eres capaz de afrontarlo! —exclamó mi pequeño peliverde empezando a llorar—. En todo este tiempo, ¿solo jugabas con mis sentimientos?

No contesté. Mi cabeza comenzaba a doler de una manera espantosa. Solté un suspiro mientras me frotaba la sien.

—No empieces de nuevo con eso, deja ya de gritar estúpideces. No armes un alboroto a estas horas de la madrugada —hablé por primera vez en un largo rato, no podía entender muy bien como es que él era tan complicado y dramático.

—¿Estupideces? —rió con ironía—. ¡¿Es que acaso hablar sobre nuestra relación solo es una estupidez?!

—Izuku, ¿cuándo vas a dejar de ser tan dramático? Solo déjalo —respondí con mi paciencia ya al límite y escuchar el incesante llanto de mi novio no ayudaba en nada.

—¿Qué lo deje?, en serio eres impasible, Todoroki. ¡Te recuerdo que él que empezó con los malditos celos fuiste tú! —me recriminó más que furioso, señalándome con su índice.

—¡No es mi culpa que vayas de fácil con cualquiera que se te cruce! —grité más que encolerizado.

—¡Eijirō sólo me pidió ayuda en algo! —se defendió.

—¿Y en qué habrá necesitado ayuda, eh? —respondí sarcástico—. ¡Es obvio que solo quiere alejarte de mí y tú como imbécil vas tras suyo! —le proporcioné un empujón haciendo que su espalda chocará contra la pared de la sala de estar.

—¡En ningún momento te fui infiel, Shōto! —con cada palabra su voz se quebraba poco a poco. Sus lágrimas ya caían torrencialmente por su pecoso rostro.

—¿Y esperas que me lo crea? —enarqué una ceja—. No por nada llevas un perfume distinto, ¿o sí?

—¡No puedo creer lo que estás diciendo! —Izuku negaba mirándome con rabia y tristeza mezcladas en sus orbes esmeralda—. ¡¿Solo por oler distinto ya me tratas de infiel?!, ¡estábamos probando perfumes en la tienda para escojer un regalo decente!

—¡¿Piensas que voy a tragarme esa excusa barata?!, ¡¿me quieres ver la cara de estúpido o qué?! —golpeé con mi puño izquierdo la pared a un costado de su cabeza—. ¿Y cómo explicas que siempre llegas tarde cuando sales con él?

Ya no pensaba con claridad, estaba completamente cegado por los celos. Sin duda no me iba a detener hasta que confesara que me había estado engañando con uno de nuestros viejos compañeros de escuela.

—¡Ejirō es uno de mis mejores amigos!, ¡¿resulta ahora que no puedo salir a divertirme con un amigo?! —habló con ira.

—Con que así se le llama ahora —contesté—, si tantas ganas tenías de que otro te cogiera, mejor simplemente te hubieses marchado, ¡¿no?! —le grité con mis ojos llenos de ira—. ¡No eres más que una zorra!