El titiritero enmascarado

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Escuché tus palabras,

me recordaron a las que solías decir.

Tan dulces,

luego resultaron ser tan ácidas...

como mi realidad contigo ¿no?

Resultaste no ser tan perverso

como creí.

Me he dado cuenta

de que tu señor titiritero,

solo llevas a un pequeño niño

brincando y corriendo.

Sí, cual Heidi o cual Pedro,

libres e inocentes.

Resulto ser que me querías,

muchísimo más de

lo que pensé.

Quizás podíamos haberlo intentado,

quizás habría funcionado.

Sin ser mi intención te herí,

sin ser mi intención...

Pero bueno supongo que ya es tarde.

Quizás este era nuestro destino.

Conocernos,

querernos

y follar.

Quizás solo estamos hechos

para que otres nos rompan,

nos hieran.

Quizás nunca lleguemos a ser nada.

Quizas nunca volvamos siquiera

a estar como antes.

Y no,

no me arrepiento de nada.

Me gusta mi vida,

tal y como está.

Me encanta estar así.

Eso no quita que te eche de menos.

Mi vida en versos cutresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora