«9 Months With You» Changlix & Minsung {stray kids}

Capítulo 2

N/A: Hola! Me gustaría hacer un pequeño aviso al principio del capítulo para informaros de que esta historia comienza realmente ahora.

Cuando publiqué la sinopsis y el primer cap a principios de año solo lo dejé como una pequeña introducción y ahora, unos meses después, voy a empezar a publicar los capítulos y proseguir con la historia.

-Narra Felix-

Situado de pie mirando fijamente hacia la gran puerta de madera que se alzaba frente a mí a unos pocos pasos, ahí estaba yo, junto con las únicas pertenencias que poseía y que habría logrado con un poco de esfuerzo meter en una pequeña maleta, o eso es lo que había pretendido hacer si ese día la suerte hubiese estado de mi parte. Durante toda la mañana mi principal objetivo y única tarea que mi padre me había encargado era la de hacer la maleta para la mudanza que como anteriormente he dicho, me había costado un poco de esfuerzo y con un poco de esfuerzo me refiero a que podría convertir el "cerrar maletas a punto de explotar" en un deporte olímpico. Nunca antes había sudado tanto en mi vida ni cuando papá encontró el examen de matemáticas que suspendí y que había escondido en el cajón de la ropa interior. La parte divertida de la anécdota llegó cuando aún estando sentado encima de la maleta y el cierre de la cremallera comenzando a querer poner un poco de su parte...se rompió...el cierre salió volando hacia la otra punta de la habitación.

Así es como acabé teniendo que transportar mis pertenencias en una bolsa de la basura ya que las que daban en el supermercado eran demasiado pequeñas y tendría que ir cargando con muchas de ellas. ¿Cómo podía tocar el timbre y presentarme a esa familia por primera vez de esta forma tan vergonzosa? ¿Qué les iba a decir?

-¡Hola! Me llamo Felix y oh ¿esta bolsa? no es nada solo que me pillaba de paso para sacar la basura ¿quiere que saque la suya también? -Me froté los ojos con la mano que tenía libre y debatí mentalmente si debería o no dar la vuelta y esperar en el parque que hay frente a la casa a que papá llegase en el coche que le había prestado un amigo del trabajo para terminar de transportar todo a la gran casa.

La casa desde fuera tenía un innegable aspecto acogedor lo cual no me parecía para nada agradable. ¿Cómo iba a poder adaptarme a ese lugar y llamarlo hogar? Sobre todo cuando siempre habíamos sido solo papá y yo, y nadie más. En ese momento era imposible no sentirme inquieto cuando tanto la señorita Yeonsu y papá habían decidido hacerlo todo por su propia cuenta y de manera apresurada ya que hasta el momento no habían hecho ni siquiera una sola cena formal para presentar a ambas familias y hacer una pequeña toma de contacto antes de dar el gran paso e ir directamente a la (por mi parte) convivencia forzada.

-Lo mejor será que desaparezca durante un par de horas o al menos hasta que papá se haya instalado en la casa. -Susurré para mí mismo y tras soltar un gran suspiro comencé a proceder con mi intento de huida.

-¿A dónde te crees que vas? -Mi padre apareció de repente justo detrás de mí y con ello comenzó a empujarme sin darme tiempo a articular una sola palabra hasta que su mano estuviese lo suficientemente cerca como para poder tocar el timbre para que así no tuviese oportunidad de escaparme.

La puerta se abrió en cuestión de segundos, como si llevasen todo el día en la entrada de la casa esperando a que llegásemos y tras ello una señora de mediana edad apareció tras la puerta con una enorme sonrisa en su rostro haciéndonos saber que éramos más que bienvenidos. A simple vista me era fácil de adivinar que la señorita Yeonsu solo llevaba puesta ropa de marca y podría apostar lo que fuese a que su armario estaría repleto del mismo tipo de prendas costosas.

En el día de hoy llevaba un estrecho vestido color rojo vino de manga larga y cuello vuelto que lograba su objetivo de realzar la figura y que le cubría de largura hasta las rodillas. Además, había utilizado un pintalabios del mismo tono del vestido que hacía destacar aún más la palidez de su piel que era blanca como la leche. La señorita Yeonsu era una mujer radiante que desprendía una innata belleza natural.