CAPÍTULO 5

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Cada vez estaban más apretados en la pista de baile. Cada vez entraba más gente. Mia bailaba con Dylan mientras en los altavoces la voz de Shakira llenaba el local. Sonaba su La La La. Mia movía las caderas junto a Dylcan en un semblante de danza hipnótica.

En un instante levantó la mirada y miró detenidamente a Dylan. Su rostro parecía un semáforo multicolor, cambiando de color por los focos. Rojo. Azul. Verde.

Hasta así se veía precioso. Sus ojos grises brillaban de una manera hechizante, del más excitante acero fundido.

Dylan bajo la mirada y la pillo mirándolo. La chica rápidamente se sonrojó del más bonito color escarlata.

Sin quererlo una sonrisa dividió el rostro de Dylan. La causa era esa tímida y alocada chica. Su amiga. No sabría lo sería sin ella, ella lo calmó en sus momentos de arrebato, le tendió una mano cada vez que se caía y le prestó su ombro para llorar. La quería,  la quería más que a nada en este mundo.  Pero... no sabía si era amor o sólo cariño... y no estaba preparado para descubrirlo. Si se daba cuenta de que estaba enamorado de ella y el sentimiento no fuese mutuo,  rompería su amistad. Y si era mutuo pero le hacía daño a Mia nunca se lo perdonaría.

—¿En qué piensas? — dijo en voz suave Mia sacándolo de su ensimismamiento.

—En lo preciosa que estás hoy...

Mia se sonrojó todavía más ,si eso era posible.

—Mentiroso...— lo acusó ella

—Yo nunca miento —le dijo sonriéndole de una manera dulce

—¿Me lo juras?

—Yo soy más de prometer,tontina. Y lo sabes.

La carcajada fresca y feliz que Mia soltó retumbó en la sala. Haciendo que apesar de la música,varias personas girasen la cabeza.

Mia lo miró y en un arrebato, estampó suavemente su boca con la de él, tomándolo por sorpresa. Fue un beso suave y con sentimiento, lentamente Mia separó sus bocas y Dylan todavía perplejo murmuró:

—¿Qué estás haciendo conmigo,Mia?

—No lo sé... lo mismo que tu hiciste conmigo hace dos años.

Dylan frunció el ceño, ¿de que estaba hablando?

—Soy yo, Dylan —confesó Mia

—Ya sé que eres tú, he bebido pero no tanto —dijo el aturdido.

—No es eso... Dylan, soy yo...

—¿Tú que? Dímelo ya, Mia...

—Que soy yo la chica de la nota,  que soy yo la chica que está enamorada de ti hasta las trancas, soy yo la tía que lo dejaría todo...por ti. —soltó Mia a borbotones

La mandíbula de Dylan tocaba el suelo.

—¿Me estás di...?

—Sí... — lo interrumpió ella

—Yo no... necesito tomar aire... —dijo todavía afectado y salió de la discoteca dejándola allí, echa una mierda.

Dime que me quieres (ahora y siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora