Hanahaki

🌸💮octavo petalo💮🌸

— owh hana-hanahaki,¿Por qué? No....no  debería no a ti. —dijo con tristeza el otro blanco que acompañaba a su contrario.

—haa, estoy bien, aún lo sobre llevó, y sabes, no están malo, es asta romántico si lo piensas de algún modo, freid. —sonrió con tranquilidad, mientras regaba los rosales de su hermoso jardín.

Ambos veían el agua caer, un silencio se formo entre ello, uno de angustia, por el más temeroso, y uno de paz por parte del otro, freid y white, no solían hablar mucho, a freid le daba un poco de miedo el positivismo del otro, su gran alegría e  hiperactividad, cosa que ahora no estaba, remplazada solo por palabras dulces y una sonrisa genuina, el hombre había aceptado su destino.

White, por su parte, quería a todos sus contrarios por igual,claro a excepción de black al cual amaba profundamente, y disfrutaba de compañía de ellos, freid le era interesante, y no solo que era igual a él, solo que con el monóculo diferente, sino por qué al igual que el, ayudaba a los demás, luchaba contra sus miedos y contra el de las personas, siendo como es, para el era alguien fuerte, aún que para el otro no.

— s si te operas tú podrías...—dijo con tartamudez el otro blanco, en serio quería ayudar, pero su sentido de persuasión no era tan bueno como los demás. — no morir. —susurro intentando ser firme.

White sonrió, le parecía dulce, regresando la vista al frente caminando un poco para regar las demás flores.

— Pero si lo hago, que será de mi sin amor, no quiero no tener nunca más a  alguien especial, nunca más sentir a mi corazón saltar cuando le vea, cuando lo oiga, cuando sus firmes pasos resuenen por donde pase, no quiero olvidar está felicidad.

— T te entiendo. —dijo con tristeza
— Pero t también tienes otros por quien pensar, la pequeña clemencia, moriría de tristeza, una dimensión entera a la cual cuidar. —suspiro un poco viéndole a los ojos.

Quería convencerle de que aquello que deseaba era un error, por más que uno quisiera seguir al corazón, a veces el destino no estaba de tu parte, y el camino que te toca recorrer nunca es junto a la persona que tanto deseas, por más que te lo propongas por más que lo intentes simplemente no se puede hacer así.

— T tú eres importante, demaciado para perderte por completo, por un amor, s sabes que es así, y el nunca cambiará. — en su voz se oía la desesperación, mientras apretaba el pecho con dolor.

— oh, Honey...—replico con la voz quebrada, volteando hacia el, con una sonrisa melancólica. — cual más quisiera hacerte caso, pero ya ya  es demaciado tarde para mí... —sus lágrimas cayeron sobre sus manos, confundiéndose con las gotas del rocío de la misma agua con que regaba las flores, flores rojas, tan rojas como las que ahora brotaban de el, el silencio regreso, el también lo comprendió, no había marcha atrás ambos lamentaban su mala decisión.