A P E S A R DE T O D O

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🌼 CAPÍTULO ÚNICO 🌼

Otra vez de nuevo aquí, la misma sala y la misma persona que no comprende mi indescifrable mentalidad. Esto está empezando a ser agotador.
- ¿Y ahora porque fue Kilian?. -pregunta la mujer.
No necesitaba contestarle, porque ella ya lo sabía.
- Kilian Bane Teller... -suspiro agotada- tienes serios problemas.
Por primera vez, en los últimos cinco minutos, la miro a los ojos y como siempre no dejo de odiar el interminable azul oscuro que ella posee en ellos.
- ¿Y cree que eso me importa ?, ¿cree enserio que me importa lo que piensen mis padres o los otros universitarios?, usted más que nadie debería saber que me importa un bledo.
- Últimamente todo lo vez de una manera tan sombría y deprimente, con rabia, como...como si quisieras destruir a cualquiera con la mirada.
- Créame, me encantaría tener ese superpoder.
- No entiendo porque tan repentinamente eres así.
- Bueno, que puedo decir, soy una persona llena de encantadoras sorpresas.
- Creo que más bien son decepcionantes. -me corrige.
- Mire no sé si usted sea sorda, ciega  o tenga algún tipo de pérdida de memoria, pero sabe que esto es una pérdida de tiempo, que al final yo saldré por esa puerta siendo exactamente la clase de persona que soy ahora y usted quedará como la típica psicóloga fracasada hasta el momento.
- Le prometí al señor Bane ayudarte a que seas el hijo que el quiere que seas. Ayudarte a convertirte en el hombre que verdaderamente debes de ser.
Formo una sonrisa sarcástica.
- Mmm....no gracias, me fascina mi personalidad.
- Si bueno... -ve los mismos papeles de siempre y deja de prestarme atención por un segundo, luego voltea a verme y entrecierra los ojos, como si estuviera examinándome. De nuevo.- Vamos a tratar de hacer algo...diferente. ¿Porque no empiezas por contarme la razón de todo?.
La observo detenidamente.
- ¿Es enserio?. -le dijo con burla.
- ¿Acaso no te tomas esto enserio?.
- Definitivamente tiene problemas de sordera. Le he estado repitiendo durante los últimos 6 meses que no me importa nada de lo que usted me diga, que la única razón por la que estoy aquí, es porque mi padre me está obligando a perder el tiempo con usted.
- Bueno, ¿no te parece que mientras más rápido cooperes...menos tiempo perderás conmigo?. -me pregunta. La fulminó con la mirada.

Tomo una bocanada de aire profundamente para tratar de calmarme y cierro mis ojos. "Pase lo que pase, no debo de perder el control", pienso.

Trato de visualizar las imágenes de todo lo ocurrido, de todas las alegrías y tristezas, de todas las desgracias y decepciones que tuve que pasar para llegar aquí; a este maldito lugar, que lo único que hace es recordarme cada día lo qué pasó y quiero olvidar.

Suspiro con pesadez y miro el piso, como si fuera lo más importante de toda la habitación. Entonces, lo recuerdo, recuerdo...recuerdo todo.

- Tenia 15 años cuando pasó. -empiezo a hablar- y acababa de entrar a la preparatoria. Era muy ingenuo y de cierta manera sigo siéndolo. Me acercaba al mundo de una manera curiosa e inocente, sin la mínima idea de lo que me esperaba. -reí amargamente- Era demasiado tímido, inseguro de mi. Era un ratón asustadizo encerrado en mi propia jaula, con la fascinación de historias, pero con miedo de vivirlas; le tenía miedo a lo nuevo. Un día me convencí a mi mismo de salir de esa burbuja que yo mismo había creado, ojalá no lo hubiera hecho.
- ¿Por que?. -me pregunta.
- Lo qué pasó es la típica historia de dolor ¿sabe?, solo le estoy contando una más de las millones que existen en este mundo.

Recarga los brazos en sus piernas, como si estuviera fascinada.

- Amo las historias, no me importaría escuchar una más de millones. Continué.
- La detesto. -me quejo. Vuelvo a organizar mis ideas.- Fui el típico chico tachado como el raro. Estaba solo todo el tiempo, la única que me hablaba era mi hermana Kate, éramos inseparables. Ella me solía decir que su amor por mi era lo suficientemente grande como para llenar esa soledad que yo sentía. Pero no era suficiente para mi. Un día, en medio de la depresión y la soledad total, me encontraba en el puente que cruzaba el lago cerca de mi casa, camine hacia la orilla de este y por un momento, pude ver el final de mi vida, hasta que ella apareció, tomo mi mano y me dijo que todo iba a estar bien, que no importaba el motivo que sea, tenía solución. Su nombre, era Maryse, ella me salvó, por lo que se me hizo muy fácil enamorarme de ella. Con el tiempo ella y yo vivimos cosas inolvidables; pero desgraciadamente confundí un ángel con un demonio, me mintió, me engaño una y otra vez en mi cara, lo peor, es que yo no hacía absolutamente nada, fue una humillación tras otra, yo no podía creer como alguien que irradiaba luz y alegría en un segundo, hizo de mi vida un infierno; era lógico que estaba cegado por un ángel caído, me salvó pero, ¿a que costó?. Fue culpa mía lo qué pasó.
- Kilian...
- La deje y me odió por ello, por qué al parecer era su juguete favorito. No fue difícil convencer a mi padre que me cambiara a otra preparatoria, al final de cuentas, el hacia todo lo que le digiera con tal de deshacerse de mi, siempre con la excusa de que era un hombre de negocios y que no tenía tiempo para convivir con su familia. Pero bueno, me acostumbre desde que literalmente soy un bebé. Cuando entre al nuevo instituto, decidí dejar de ser esa persona tan patética que era antes, esa persona que no tiene dignidad y que era cobarde, se fue, la mate y con ella se fue el recuerdo de Maryse. Pero no el sentimiento. Renací en ese lugar, me auto descubrí a mi mismo. A mitad de ese año, extrañaba leer, así que decidí ir a la biblioteca cada tarde. -una sonrisa boba pero a la vez triste, siento que se forma en mi rostro.
- Supongo que está es la parte...en donde me dices que ya eres feliz y solo es tu patética rebeldía...
- Es la parte en donde le dijo que lo encontré.

A P E S A R   D E   T O D ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora