Promesa • JIKOOK

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25 DE ABRIL DE 2021

Hoy se cumplen dos semanas desde que Jungkook se ha marchado. No puedo dormir bien por las noches y a veces siento que el miedo me apresa y no sé cómo controlarlo. Sé que debería estar tranquilo, de todas formas él me ha prometido que cuando todo acabe, regresará, mas no puedo evitar recordar como todo esto sucedió. A veces siento que todo es un sueño, que al despertar lo veré durmiendo a mi lado... Y día tras día, me encuentro durmiendo solo.

[FLASHBACK]

- Hey Jiminnie, espera, ya vuelvo. - dijo mientras se dirigía a la cocina - No empieces esa película sin mí eh, o tendré que atacarte a besos otra vez.
- Descuida, no lo haré - respondí - aunque ese ataque suena algo tentador - dije elevando la voz para que pudiera oírme.

Mi hermoso novio volvía a los pocos minutos con una fuente rebosante de palomitas y dos vasos de refresco. Se sentó a mi lado al tiempo que yo tomaba el control del televisor. Apenas tuvo sus manos desocupadas, me envolvió en un dulce abrazo y me besó la frente. Así comenzamos nuestra tarde de películas.

Cuando la película llevaba ya un cuarto de desarrollo, alguien tocó el timbre de la casa. Iba a levantarme pero Jungkook avanzó más rápido y me dijo que él atendía. Despreocupado, volví a acomodarme y seguí mirando el televisor.

Luego de un par de minutos, sentí a Jungkook hablar con furia y la voz algo elevada. Me levanté y caminé cauteloso hacia la puerta, donde vi a mi novio frente a un señor vestido con indumentaria militar. Era alto, las canas asomaban por su cabello, y las arrugas de su frente le daban un aspecto lúgubre y algo amenazador.

- Señor Jeon, comprendo que es algo inesperado - explicaba el hombre - pero debido a que usted cumplió con su servicio obligatorio con honores, necesitamos de su presencia en esto...
- Cariño, ¿Qué sucede? - inquirí con voz temblorosa - Buenas tardes señor, disculpe la imprudencia - dije mirando al militar - es sólo que sentí los ánimos algo agitados.
- No se preocupe, joven. Sólo estaba informando al señor Jeon sobre algunos asuntos algo urgentes. Nos vemos mañana, señor - dijo mientras miraba a mi novio, que se encontraba estático y algo pálido a mi lado.

Regresamos a la sala en silencio y nos sentamos uno al lado del otro. Iba a abrir la boca para preguntar qué era lo que había pasado, cuando Jungkook me interrumpió.

- Jimin, cariño... Esto es algo difícil de explicar, de hecho, creo que aún no lo asimilo del todo... Me han llamado, debo prestar servicios para el país. Estados Unidos nos ha declarado la guerra, y quieren que me vaya con ellos.
- ¿Qué...?
- Lo sé cielo, yo tampoco quiero creerlo, pero me dijeron que si no los acompañaba, me enviarían a prisión por traición a la patria.
- Pe-pero... ¡Jungkook! No puedes irte... Qué... ¿Qué haré yo?, ¿Y si algo te ocurre? ¡No puedes! ¡Jungkook por favor! - grité al tiempo en que comenzaba a llorar.
- Oh, no llores, pequeño Jiminnie. Respira, respira por favor. Volveré, es una promesa que cumpliré, ¿Está bien? - tomó mi rostro con sus manos - Mírame... Mírame cielo, estaré bien. Esto no será más que un período estando separados y luego nuestras vidas volverán a ser las de siempre. Todo estará bien mi amor.

Esa tarde nos quedamos sentados en el living, mientras me refugiaba en sus brazos, sintiendo el paso de las horas, sabiendo que cada vez faltaba menos para que se fuera de mi lado.

A la mañana siguiente llegó a casa una furgoneta del ejército. Venían por Jungkook, por mi Jungkook. Él se despidió con un beso largo y pausado. Las lágrimas caían por sus mejillas junto con las mías, pero insistía en sonreír para disimularlas. Como si yo no pudiera verlas. Un último beso en la mejilla selló nuestra despedida, y luego se alejó mientras me gritaba que escribiría una carta para mí cada vez que pudiera.

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