Capítulo Dos

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—Hablando de Pablo, no parece desolado para haber sido rechazado por una Rinalde —inquirió Karly de pronto y antes de llevarse una papa frita a la boca.

—¿Por qué lo dices? —dijo Daniel.

—Ahí viene —respondió.

—Con Genaro —agregó Manuel.

—Con Genaro —confirmó Karly. Daniel la miró nuevamente de forma interrogante y me reí en voz baja. Esto sería entretenido.

—...en serio bro, no era mi intención incomodarla... debería regresar a pedirle disculpas personalmente —habló Pablo y el tal Genaro negó riendo.

—No te preocupes, yo le diré que lo lamentas —respondió.

—Hola Karly, chicos —saludó Pablo.

—Hola —respondió Karly, seguida de los demás— disculpen la tardanza, estaba conversando con mi amigo Genaro y su adorable prima y su hermana —Manuel arqueó una ceja y negó con la cabeza ligeramente— en fin, les presentó a mi amigo Genaro, Genaro, ella es mi amiga Karly —comenzó.

—Mucho gusto señorita —inquirió Genaro tomando la mano de Karly y estrechándola amistosamente aunque por la mirada en la cara de Daniel, uno pensaría que tal vez ya había sido más tiempo del debido. Aunque claro, Daniel ponía esa cara de pocos amigos cuando cualquier hombre desconocido socializaba con nuestra amiga.

—Y ellos son, Daniel Hernández —señaló— y él es Antonio Briseño oh y bueno, a Manuel ya lo conoces

—Mucho gusto, me han contado de ustedes ¿fútbol, cierto?

—Sí, así es —respondió Daniel no muy amablemente.

—Que interesante, deberían considerar unirse al equipo de la universidad, necesita mucha ayuda —apuntó.

—Que amable, gracias por la invitación; porque no te quedas un rato con nosotros —ofrecí sonriendo a propósito, alcancé a ver como Daniel me dirigió una seria mirada que decidí ignorar.

—Me gustaría, pero tengo que regresar con mi hermana y prima

—Ellas pueden acompañarnos también —ofreció Pablo a prisa.

—No creo que sea buena idea, sobre todo cuando acabas de acosar a mi prima con tu constante casi propuesta de matrimonio

—Yo no la acosaba con eso —quiso defenderse Pablo

—Lo hacías —apoyó Manuel sin dejar de atacar su comida.

—Será en otra ocasión —inquirió Genaro—, gusto en conocerlos

—Oye Genaro, sabes, deberías en serio disculparme con ella si es que la incomodé y si no se queda conforme puedo ir personalmente a su casa a ofrecer disculpas —intentó nuevamente Pablo; sí, no me equivoqué, esto era entretenido.

—Hasta luego —se despidió Genaro negando firmemente hacia Pablo.

—Hasta luego —nos despedimos de él en la mesa.

—Bueno, por lo menos lo intenté —inquirió Pablo dejándose caer en una silla.

—No creo que ese fuera un intento real —opiné.

—Lo fue —aseguró Pablo.

—No lo creo —me apoyó Karly—, Genaro estaba como todo seguro de que no te le acercarás de nuevo

—Tengo mis esperanzas de verla de nuevo

—Para que de nuevo, te vea con cara de, largo de aquí adefesio parlante —inquirió Manuel haciéndonos reír.

Mentiras de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora