Aturdida y con la mente fuera de lugar, subí las escaleras hasta mi habitación.
Necesitaba dormir. Necesitaba aclarar las ideas. Necesitaba pensar.Austin se había presentado esta noche en mi casa como si nada. Como si hubiésemos sido los mejores amigos de por vida.
Se presentó, me movió todas las emociones y se marchó sin decir nada... ¡y sin que yo lo viera! Y lo agradecía. No sé que habría hecho si él estaba en la sala conmigo cuándo Chris entró, ¿Cómo diablos explicaría eso?Abrí la puerta y entré a mi oscura habitación. Caminé directamente a mi closet, buscando algún pijama. Cuando lo hice, me deshice de mi ropa actual, quedando en una lencería de encaje color rojo. Con cuidado me quité el sujetador.
-Condenadamente hermosa. -la voz de Austin hizo que diera un brinquito.
Rápidamente me cubrí los pechos con mi antebrazo derecho y me giré a mirarlo.
-¡Mierda! -grité. -¿Que jodidos cojones haces aquí, imbécil? -le dije molesta.
-¿Por qué te cubres? -sabía que sonreía por su jodido tono. -Te conozco más que tú misma.
-No me interesa, lárgate. -le dije, volteandome y colocándome la pequeña remera de tirantes.
-Mmmh... no. -dijo.La luz de la pequeña lámpara se encendió y lo observé.
-Por cierto, tomé ropa prestada de Sean, espero y no te moleste. También use el baño para darme una ducha. -me contó y se acomodó aún más en mi cama.
-Tu presencia me molesta. -dije a la defensiva.Él sonrió y sus ojos se iluminaron.
-¿Qué? -me crucé de brazos.
-Mientes. -Sonrió.
-¡Por supuesto que no!
-Sabes que si. -dijo burlón.
-Vete al infierno.Él soltó una carcajada.
-Ven conmigo. -me miró.
-No, paso, gracias. -respondí mirándolo mal.Nuestras miradas se conectaron, él sonrió y rompió esa conexión para mirar hacia mi mesita de noche.
Abrí mis ojos disimuladamente. Una foto de Matteo se encontraba en un portaretrato demasiado grande para mi gusto.
Observé a Austin en silencio mientras este estudiaba la foto con el ceño fruncido.-¿Quién es? -tomó la foto entre sus manos y me miró.
Tomé aire y lo miré.
-Mi hijo. -dije firme.
Él abrió los ojos y me miró sorprendido.
-¿Tu...
-Hijo, si, es mío. -caminé hacia él y le quité suavemente el cuadro.Austin se levantó de golpe y me miró dolido.
-¿Tuviste un jodido hijo con él? -pregunto desganado.
Mordí mi labio inferior para evitar gritarle en su maldita cara que Matteo era su hijo.
-¡Responde, joder! -me gritó con ira.
-No es tu maldito problema. -dije entre dientes.Austin me miró furioso y negó repetidas veces.
-¡Tuviste un maldito hijo con ese jodido idiota, Alison!
-Le vuelves a decir maldito a mi hijo y te juro por el mismo que partiré tu estúpida cara. -dije enojada.Él cerró la boca y se sentó al borde de la cama con ambas manos en su rostro.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y me sentí vulnerable por primera vez en cuatro años.
¿Qué debía hacer? Matteo lo reconocería ahora que Austin volvió a la ciudad. Tenía que decirle la verdad. Lo merecía.Me llevó sólo unos minutos pensarlo y ensayarlo unas diez veces en mi mente. Era ahora o nunca.
Finalmente tomé una gran bocanada de aire y levanté mi cabeza, mirándolo.-Matteo... él, no... no es hijo de Chris. -susurré para mi.
Los nervios me comían y la mirada penetrante de Austin no ayudaba.
-¿Qué? -murmuró.
Volví a suspirar y lo miré fijamente.
-Matteo no es hijo de Chris. -esta vez le respondí firme y claro.
La verdad es que no estaba segura de que expresión había en su rostro, era algo así como de asombro, confusión, ira... ¿alivio?
-Estuviste con alguien...
-¡No! -exclamé rápido. -No estuve con nadie más.¿Por qué diablos le daba explicaciones?
Él frunció el ceño y luego abrió los ojos tan grandes como nunca vi antes.
Negó serio mirándome, lo miré con temor. Él ya lo sabía.-No es cierto. -dijo serio.
Fruncí los labios, nerviosa.
-Oh maldición. -dijo perdiendo la cordura y se levantó.
Con miedo tomé su lugar, yo lo miraba sentada sobre la cama mientras él caminaba de un lado al otro cerca de mi closet.
-Ese pequeño... -empezó negando. -Alison... -terminó con un suspiró.
-Te lo iba a decir. -dije mirando al piso.
-¿Cuándo? -murmuró. -¿Cuándo? ¡Maldición!Levanté mi mirada, mirándolo con pena. Cerré los ojos dejando escapar varias lágrimas saladas.
El pecho de Austin bajaba y subía, su mandíbula estaba tensa. Apretaba los puños y me miraba de una forma horrible.-Lo siento. -susurré.
-¿Lo sientes? -preguntó. -¿LO SIENTES? ¡MALDITA SEA, ALISON! -gritó furioso. -Hiciste que perdiera los mejores años de mi hijo... ¡MI HIJO!
-¡No sabía nada de ti! -grité. -Ni siquiera yo lo sabía. Yo... yo lo supe al llegar a Londres. -murmuré.
-¡Eso no es excusa, Alison! -me miró y negó serio. -merecía saber que tengo un hijo ¿no te parece?Asentí lentamente.
-Chris nos cuido perfectamente a ambos, y...
-Ese es el maldito problema, ¡tuve que ser yo! ¡Es mi hijo, joder! ¿Por qué lo disfruto un idiota que no es su padre? ¿Por qué?
-Yo...
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Quería alejarme de ti. Estabas cansado y esperando un hijo, yo... yo no quería meterme, Austin. Necesitas entenderme, por favor. -lloré.Él se rio sin humor.
-Eso es la cosa más egoísta que jamás haya escuchado. Es mi hijo ¿entiendes? No puedes solamente ocultarmelo y ya.
-Lo sé y lo siento. -lo miré.
-¿Él lo sabe? -preguntó y asentí. -¿hace cuanto tiempo?
-Yo... se lo dije antes de venir.
-Genial. O sea que ese pequeño ha estado sumergido en tu mentira durante todo este tiempo ¿dos años? Tres ¿quizás? ¿Hace cuanto, Alli?Inhalé y no dije nada. Lloraría si llegaba a hacerlo.
-Siempre fuiste una jodida farsa, Alison. Siempre lo fuiste. -caminó hacia la puerta y tomó el pomo.
-Austin... -susurré llorando mares.Él se detuvo en la puerta, y sin mirarme dijo:
-Ahora que sé qué Matteo es mi hijo, ni pienses que me quitaras el derecho que tengo como su padre.
-Austin... -volví a susurrar.
-Necesito estar cerca de él. Necesito sentirme como su padre y que él se sienta como mi hijo, Alison. No permitiré que nos quites eso.
-En tres meses nos iremos. Lo harás sufrir si te presentas como el padre ejemplar que no eres.
-Que no me dejaste ser. -me corrigió y se volteó a mirarme. -Tú le quitaste la posibilidad de crecer con un padre a nuestro hijo.
-Creció con Chris.
-Él no es y no será su padre jamás.Me quedé callada y lo miré.
-Te creí capaz de tantas cosas, pero nunca imaginé que fueras capaz de causarme tal dolor. -me miró con los ojos vidriosos.
-No me digas eso. -sollocé.
-Acabas de matar el poco cariño que me quedaba por ti. Gracias a esto ya no existe.Abrió la puerta y sin decir nada más desapareció de mi vista.
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Viejo Amor (Segunda temporada)
Fiksi RemajaTal vez el separarse sólo era una mala jugada de aquel al que llamábamos destino o tal vez no, pero, lo que el futuro les tiene preparado es algo que Alison y Austin jamás volvieron a imaginar desde aquel entonces. Algo los unía para siempre, aquel...