Amistad

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¿Existirá la verdadera amistad? O es de nuevo sólo un invento de las películas, con la vida perfecta que nos inculcan, a la que estamos obligados a aspirar.
Ya no me acuerdo la última vez que de verdad la pase bien, que me reí desde adentro.
Es raro, los extraño a todos pero no extraño a nadie, me siento invisible, en realidad es como si hubieran decidido colectivamente que no existo, me recuerdan sólo cuando les conviene, cuando me necesitan.
¿Acaso me creen estúpida?
De alguna forma estoy comenzando a pensar que no son, sigo esperando.
Que estupida...
Sólo quiero que alguien se de cuenta que no estoy bien, todo me duele. No se que hacer; vivir, morir o esperar. Todas nos consideramos princesas en un torre, sabiendo que nuestro príncipe va a llegar a salvarnos de la soledad.
Pues yo más bien me considero como un pirata, estoy en el calabozo esperando que vengan a rescatarme, pero mi tripulación ya tiene otro capitán. Y yo sigo como una estupida, caminando a la horca, esperando a que lleguen, ponen la cuerda y caigo en la cuenta de que ya morí, hace mucho tiempo en sus recuerdos. No existo para nadie, me convertí en el susurro del viento.

Tengo mucho miedo, se que es parte de la adolescencia y las hormonas, pero ¿no es anormal sentir tanta soledad?
Ahora ya no me siento como un pirata, soy un náufrago. No tengo comida o agua, pero no la necesito, está es mi sentencia morir de soledad y amargura. Veo como barcos gigantes pasan a mi lado, pero no importa lo fuerte que grite nadie me escucha, otra vez desidieron que no existo. Como puedes jugar tan fácil, con al algo tan tracendental como mi existencia. Siempre dije que no me importaba estar sola pero si me importa, me duele. Después de todo sólo soy una idiota que dejaron a la deriva, para morir, para olvidar. Me convertí en el golpeado de la olas, efímera y sin importancia.

Reflexiones de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora