Vida es Vida se reúne en los terrenos del Arboretum de una ciudad próxima a Ohio, cuyo nombre se mantendrá en el anonimato. No es una clase de ciencias naturales, sino un grupo de apoyo para adolescentes que se plantean, han intentado o han sobrevivido al suicidio. Lo encontré en internet.
Subo en el Pequeño Cabrón y pongo rumbo a Ohio. Estoy cansado. Evito ver a Louis. Resulta agotador tratar de mantenerme estable e ir con cuidado cuando estoy con él, con tanto cuidado que es como si estuviera atravesando un campo de minas con soldados enemigos acechando por todos lados. «No debes dejar que él lo vea.» Le he dicho que he pillado un virus y que no quiero contagiarlo.
La reunión de Vida es Vida tiene lugar en un cuarto alargado con paneles de madera y radiadores que sobresalen de las paredes. Nos sentamos alrededor de dos mesas unidas, como si fuéramos a hacer deberes o a examinarnos. En cada extremo de las mesas hay jarras de agua y vasos de plástico de colores. Hay cuatro platos con galletas. El psicólogo es un tipo llamado Demetrius, un mulato con ojos verdes. Para los que no hemos estado nunca en una de estas reuniones, nos explica que está cursando el doctorado en la universidad y que Vida es Vida tiene doce años de existencia, aunque él solo lleva once meses. Me gustaría preguntarle qué ha pasado con su predecesor, pero no lo hago por si acaso la historia no es agradable.
Entran los chicos, y me parecen iguales a los de Bartlett. No reconozco a ninguno, y esta es la razón por la que me he desplazado hasta aquí. Antes de tomar asiento, una de las chicas me aborda y me dice:
—Eres muy alto.
—Soy mayor de lo que parezco.
Esboza una sonrisa que probablemente considera seductora y yo añado:
—En mi familia hay gigantismo. Cuando termine el instituto, no me quedará otro remedio que trabajar en un circo, porque los médicos han predicho que a los veinte mediré más de dos metros diez.
Quiero que se vaya porque no estoy aquí para hacer amigos, y lo hace. Me siento, espero y pienso que ojalá no hubiera venido. Todo el mundo está cogiendo galletas, que yo no toco porque sé que cualquiera de esas marcas podría contener una cosa asquerosa llamada carbón animal, que se hace a partir de huesos de animales, y no quiero ni siquiera mirar las galletas ni la gente que se las come. Miro entonces por la ventana, pero los árboles del Arboretum son delgados, marrones, muertos, de manera que fijo finalmente la vista en Demetrius, que ha tomado asiento en el medio para que todos podamos verlo bien.
Recita hechos que ya conozco sobre el suicidio y los adolescentes y luego vamos diciendo cómo nos llamamos, cuántos años tenemos, qué nos han diagnosticado y si hemos tenido alguna experiencia directa de intento de suicidio. Luego tenemos que decir la frase «... es vida», como si cualquier cosa que se nos pasara por la cabeza en este momento fuera algo que celebrar, como «El baloncesto es vida», «La escuela es vida», «Los amigos son vida», «Hacérmelo con mi novia es vida». Cualquier cosa que nos recuerde lo bueno que es estar vivo. Varios de los chicos tienen la mirada ligeramente apagada y perdida de la gente drogada y me pregunto qué estarán tomándose para seguir aquí y respirar. Una chica dice:
—Crónicas vampíricas es vida.
Y un par de chicas ríen con la ocurrencia. Otro dice:
—Mi perra es vida, aunque se me coma los zapatos.
Cuando llega mi turno, me presento como Josh Raymond, diecisiete años, sin experiencia más allá de mi reciente y poco entusiasta experimento con somníferos. «El efecto gravitacional de Júpiter- Plutón es vida», añado, aunque nadie sabe a qué me refiero.
En ese momento se abre la puerta y entra una persona acompañada por una bocanada de aire fresco. Va cubierta con gorro, bufanda y guantes, y va liberándose de todo ello como una momia mientras busca dónde sentarse. Todos nos volvemos y Demetrius nos sonríe tranquilizándonos.
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Broken Soul (L.S)
FanfictionLouis está roto. Harry está roto. ¿Pueden dos mitades rotas reconstruirse? Esta es la historia de una chico que aprende a vivir de un chico que pretende morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar los días para empezar a vivirlos. || A...