★ Dreams ★ Meikai X Tatsumiya ; One Shot.

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Era una noche hermosa en el mar azul.
El pequeño reino del mar estaba muy calmado, puesto que todos descansaban.

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—Señor Meikai...
La albina se encontraba en el mar de estrellas admirando el paisaje, al tiempo que recordaba con calidez a aquel hechicero.

—.. Usted.. Se sacrificó por el mar.. Y aprecio tanto el que haya hecho eso, pero... Lo extraño tanto...
Tatsumiya no pudo evitar soltar una lágrima, mientras observaba hacia el cielo.
La resplandeciente luz de la luna penetraba por el vivo color del mar.

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El mar se mecía al son del viento, y el tiempo pasaba.

Ya era la media noche.

—Ah.. Ya se ha hecho muy tarde.. Será mejor que vuelva al castillo a descansar...
Tatsumiya caminó hasta llegar al castillo, y fue a su dormitorio.

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Todo era oscuro.
No había nadie.

—¿Qué es esto?
Tatsumiya observo el entorno.
Comenzó a caminar, cuando poco a poco, se dio cuenta de que todo se empezó a teñir de color rojo.

De pronto, parecía ver una silueta, parecida a la de Samekichi.

La extraña forma parecía moverse, y de hecho, iba justo en la dirección en donde estaba ella.

Finalmente, se reveló a un tiburón albino con un traje.

Ella estaba confundida.

¿Quién es este chico?

¿Por qué se parece tanto a Samekichi?

Esta y mas cuestiones invadían su cabeza.

El albino quedó frente a frente con ella.

El extraño sujeto le dedicó una sonrisa bastante rara.

—Vaya.. Así que extrañas a el hechicero.
Soltó una carcajada, mientras sostenía firmemente un estuche en su mano izquierda.

—Esa no es..?
Tatsumiya miró incrédula el estuche. Lo conocía bien.
Era en donde se guardaba la espada sagrada.

—¿Esto? Oh, la espada sagrada.
El chico tomó el estuche, mientras sacaba la espada de este.

—... Quien eres..?
Preguntó.

—¿Acaso importa?
Le dedicó una sonrisa burlona mientras tocaba el filo de la espada.

—...
Tatsumiya no sabía que hacer.

—..¡Devuelvela ahora..!
Exclamó con algo de furia.
No podía tolerar que este chico extraño tomara tal objeto y le diera ese trato frente a ella.

—...

Un silencio incómodo reinó entre los dos.