Querido diario; (ya disponible en físico en Amazon)

Las mujeres como yo.

Las mujeres como yo, te sonarán bastante.

Las que crecimos diciendo gracias y por favor después de cada frase.

Las que crecimos cruzando las piernas cada vez que nos ponían faldas. Las que sonreímos quitando mérito a cada cumplido y otorgándoselo a cada crítica.

Las que intentamos, buscamos, rebuscamos, cavamos, subimos, bajamos, rascamos, arañamos (sin que se note, claro) en busca de la aceptación en los ojos ajenos.

Las que somos de nuestros padres, madres, profesores, compañeros, jefes, conocidos y desconocidos. Pero nunca de nosotras mismas.

Las que aprendimos a decir lo siento por no ser lo suficientemente listas.

O las que aprendimos a ser tan listas por no ser lo suficientemente guapas.

Las que no necesitamos escucharlos más veces porque , lo sabemos:

Sabemos que debemos comer menos grasas y más nuestros sentimientos, nuestras pasiones, nuestros deseos, penas, glorias, nuestras quejas. Y menos grasas.

Y perdemos el tren, porque nos pesa demasiado el equipaje.

Nos pesan las coronas que nunca pedimos, los velos y las expectativas.

Nos pesa tu amor cargado de prejuicios.

Las mujeres como yo, te sonarán bastante. Porque las has visto; en el banco, en la iglesia, en el parque, en la mezquita, en el restaurante, en el supermercado.

Pero sobretodo, en el espejo.

Esas mujeres, que nacimos siento estrellas que han decidido estrellarse contra sus propias barreras.

Y dejar de escuchar a esa voz que nos advierte, no vaya a ser que eclipsemos el propio miedo a ser feas, gordas, inútiles, ñoñas, raras, pequeñas, grandes, maravillosas, locas, artistas...

El miedo a ser quienes somos, perfectamente imperfectas.

Perfectamente vivas.

Las mujeres como yo, te sonarán bastante de ahora en adelante.