U n C o m i e n z o

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Extrañamente abrió los ojos antes de que la alarma irrumpiera en sus sueños.

Con uno de sus puños talló sus ojos con cansancio.

No había duda de que se encontraba cansada, pero era necesario levantarse temprano, era necesario si es que anhelaba ser la mejor.

Tomó un baño rápido, y trás haber terminado de cepillar su suave y corto cabello grisáceo, salió de la habitación.

Bajo con calma las escaleras hacia el comedor, pisando con delicadeza cada uno de los ya memorizado escalones de su hogar.

Sonrió ligeramente cuando vió a mamá en la cocina, sirviendo un delicioso desayuno, a papá en la mesa intentando beber su café mientras intentaba que Nick dejará de molestar a su adormilado hermano mayor.

-Bueno días princesa.- Saludo Yuri con una sonrisa.- Buenos días papá.- Respondió al darle un beso en la mejilla al rubio.

Se sentó en la mesa al tiempo que Yuuri llegó al comedor con un enorme plato de panqueques y con su pequeña hermana Dasha por un lado cargando un pequeño frasco de miel.

Yukia sonrió, estaba cansada y su vida era un poco monótona, pero no tenía derecho a quejarse, tenía la mejor de las familias.

Han hecho todo por ella, y sin una pizca de duda, ella haría todo por ellos.

-Buenos días princesa.- Hablo Yuuri llegando hasta el comedor.

Yukia sonrió y miró con dulzura a aquel pelinegro que les ha entregado ya tanto amor, y que incluso ya, a sus caso treinta y ocho años no perdía la belleza y gracia que lo caracterizaban.- Buenos días mamá.- Respondió con una suave sonrisa llegando a su rostro.

Se sentaron todos a la mesa, y como buen inicio de semana que era, la tranquilidad no tenía espacio en el hogar de la familia Plisetsky.

El desayuno llegaba ser todo, menos pacífico.

Tanto por su hermano mellizo, que al parecer no ocupaba sus noches durmiendo, como por sus dos hermanos menores que se la pasaban peleando y cuando no, algo malo tenían en manos.

Es increíble cómo sus padres podían incluso disfrutar el desayuno entre todo ese caos, simplemente manteniendo una tranquila conversación entre ello, parecían tener su propia burbuja y solo estar ahí para vigilar que no se matarán.

Yukia simplemente desayunaba con calma, venía con tiempo.
Pensaba en todas las cosas que tenía que hacer, le costaba mantener excelentes calificaciones e ir a prácticas.

Porqué sí, por muy cliché que llegará a sonar, su sueño igual era poder ser una excelente patinadora artística.

Porqué, de sólo ver el encanto de su madre al patinar, y la destreza de su padre a ejecutar sus saltos.

Pero no la ha tenido muy fácil, al menos no desde que el abuelo Yakov murió, entonces papá se volvió su entrenador y conoció porque era llamado El Tigre de Hielo de Rusia.

Pero todo lo que hacía valía la pena.

Apenas terminado el desayuno, y rota la burbuja de amor de sus padres, se separaron de caminos, papá le llevaba a ella y su hermano al instituto.
Mamá se llevaba a sus hermanitos a la primaria.

El camino fue corto, ligeramente animado, su padre y su hermano mantenían una trivial conversación.
Ella simplemente guardaba silencio y escuchaba.

Al llegar fue básicamente lo mismo que cada día, ella no solía hablar mucho con nadie, pero mantenía muy buenas calificaciones.

Sólo tenía una amiga y a su hermano.
No era mucho pero le parecía suficiente.

Al toqué de la campana se encontraba ya en su pupitre.

El día pasaría tan rápido como de costumbre, regresaría a casa, haría sus tareas e iría a su entrenamiento.

Tal y como se repetía semana tras semana desde hace cinco años.

El bullicio que había en su salón, el cuál de cierta forma le causaba molestias cesó en un segundo.

Pudo apreciar a su profesora de química entrar con calma.

Y frunció el entrecejo con curiosidad al escuchar sus palabras y acto seguido la puerta se abrió nuevamente.

Vió como una chica de pálida piel y largo cabello negro entrar con pasos seguros tras la maestra.

Anya Elizabeth Leroy, tras leer el nombre escrito en la pizarra.

Yukia no imaginaba las veces que ese nombre saldría de sus labios, ni los problemas que traería.

¡Hola! Es bastante corto, lo sé igual espero que les haya gustado el primer capítulo de la continuación de The Lost Lovers, se que había dicho que la iba a publicar el día 27 del mes pasado, pero por cuestiones de escuela no pude, he tenido muchas tareas además de que estaba en exámenes.
En fin, cuento con que a partir de aquí las actualizaciones serán constantes.
De verdad espero que está historia sea de su agrado y no los decepcione, pero sobre todo, que pueda llegarle a los talones a la anterior que les gustó tanto.
Después de todo, eso depende de mí al final.
Gracias Por Leer ❤

It's Okay To Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora