Me le quedo viendo al Doctor cuando me termina de explicar detalladamente lo que pasó mientras se quedó afuera de la TARDIS, mientras que Amy y yo nos quedamos atrapadas, tratando de calmarla y componer el pequeño imperfecto que tenía.
– Entonces, ¿agarraste el cepillo de dientes de tu compañero de cuarto porque creías que era el destornillador sónico?- el solo asiente con la cabeza, causando que me ría a más no poder y él me vea feo por mi reacción-. Vamos, tú destornillador no tiene la misma estructura que un cepillo de dientes.
– No le encuentro lo divertido- me dice confundido-. ¡Estaba en un momento de desesperación!
– ¿Y por eso golpeaste a Owen en la cabeza para decirle que eres un señor del tiempo?, solo se lo tenias que decir, como lo hiciste con Amy.
Escuchamos como Amy bajaba tranquilamente las escaleras de la TARDIS. Yo me trató de tranquilizar ante la situación que el mismo Doctor había provocado.
– ¿De qué se están riendo?- preguntó Amy curiosa.
– De nada importante, cosas del pasado que no dan risa.
– A veces arruinas los buenos momentos- le despeino el cabello de manera amigable.
– ¿A dónde iremos?
Ese tema de conversación pareció alegrarle el día. Le empezó a explicar que hace tiempo, habían escrito las primeras palabras del universo, pero nadie las había logrado descifrar, así que nadie sabía cuáles fueron las primeras palabras de este universo.
– ¿Cómo se supone que sabremos que dice?- pregunta Amy un poco extrañada.
– La TARDIS tiene un traductor, puede traducir cada palabra de diferente idioma- le explicó tranquilamente. El único idioma que no puede hacerlo es el Gallifreyano, eso porque es nuestro idioma natal.
– ¿Listas para ver las primeras palabras del universo?- nos pregunta el Doctor emocionado, Amy y yo solo asentimos con la cabeza-. Están detrás estas puertas.
El Doctor abre la puerta, Amy y yo salimos para ver un planeta exótico con un clima tropical que te invita a quedarte ahí. Vemos unas enormes letras legibles esculpidas en la piedra que dicen:
Hola cariño
Abajo se encuentran unos números que eran coordenadas. Me le quedo viendo al Doctor de una manera nada agradable.
– Tienes que hablar con ella- le digo enojada mientras voy al interior de la TARDIS.
Entro de manera rápida para poner solo las coordenadas. Me doy cuenta que vamos rumbo a la conquista de Bretaña por Julio César. Alejo la pantalla de mi vista para ir rumbo a mi cuarto para cambiarme.
– ¿Que es lo que sucede? ¿A dónde se dirige? ¿Hubo algo que le molestara allá fuera?- pregunta Amy preocupada por mi actitud.
– Tal vez- comenta el Doctor extrañado.
Me dirijo a mi closet para buscar ropas romanas y mi traje de Atenea. Las coincidencias no existen y esta no era una de ellas. Me pongo mis ropas y salgo. Siento las miradas del Doctor y Amy por lo que traigo puesto.
– ¿Eso es?- me pregunta Amy sorprendida.
– Lo que hará que nos tomen en serio- le digo tranquilamente a Amy.
– No creí que les gustara disfrazarse cuando íbamos algún lugar importante.
– Esto no es un disfraz, esto es una armadura que me dio el mismo Alejandro Magno antes de que nos fuéramos de ahí- el Doctor hizo un ruido de molestia-. Me dio también un caballo al que llamó Alonso. También se encuentra aquí en la nave.
ESTÁS LEYENDO
Doctor Who (V) : Coincidences don't exist [En edición]
FanfictionNo es fácil nada de esto, ¿hasta cuándo todo los que nos toca debe de terminar así? No lo sé, pero aún me sigo preguntando cada día desde que el Doctor se regeneró que es lo que el Universo quiero del Doctor, quiere de mi. Continuación y quinta part...