Survivors - Glenn Rhee y Lexie Lutz (Glexie)

|22| - Arena

Caigo de rodillas por el empujón de Merle. Intento que mis ojos se acostumbren a la claridad cuando soy golpeada por algo en las costillas. Abro mi boca en un intento de recuperar el aliento que el golpe me arrebato, pero ella no me permite recuperarme.

Ruedo por el suelo antes de que el pedazo de madera me golpee de nuevo. Sus ojos llenos de rabia me siguen rápidamente. Aprieto con una de mis manos el costado que Maggie me ha golpeado, y me duele como el infierno.

—Párenla —ordena el gobernador—. Me gustan las cosas justas, querida. La tomaste desprevenida, y aunque todos lo disfrutamos es injusto. Entréguenle un pedazo de madera también.

—¡No! —Grito con toda la fuerza que puedo—. Déjala. Ella quiere vengarse porque el hombre que ella ama, no siente lo mismo que ella.

—¿Estás segura de eso?

Miro hacia donde viene su voz, y lo veo. Está sentado en una especie de trono como si él fuese algún tipo de rey. Algún ser indestructible, inalcanzable.

—Nunca había estado tan segura de algo —respondo enderezándome—. ¿Sabes algo Maggie? Estoy segura de que aun cuando te jactas de que Glenn te ha follado, él nunca te ha dicho que te ama. Nunca te ha besado hasta cansarse.

—Perra.

Corre hacia mí, pero me muevo empujándola. Le quito el pedazo de madera y la golpeo en una rodilla haciendo que caiga. Grita del dolor y aunque me siento diferente, no me detengo. La golpeo de nuevo en el costado, justo como ella lo hizo.

—¿Se siente bien, cariño? —Le grito con los ojos llenos de lágrimas y no se la razón de mis lágrimas. Quizás es porque me duele la vida, o tal vez porque no quiero pelear hasta la muerte con ella. Maggie, ella, yo ni siquiera se el tipo de persona que ella es. No encajamos simplemente porque se enamoró de mi hombre—. No deberíamos estar aquí haciendo esto. Estamos matándonos para que otros se diviertan.

Lanzo el palo hacía el otro lado de la arena. El gobernador mueve su cabeza y llevo mi vista hacia el tipo al que esta ordenando. Ese tipo que siempre esta con Merle, no me daba buena espina. Su cara daba miedo, era como un psicópata contenido. Sus ojos siempre me veían con lujuria.

—Me aburrí. Así que les agregare algo de compañía y de acción.

Por un segundo pensé que traería a Glenn, pero no lo hizo. Mi piel se erizo cuando los errantes comenzaron a llenar la arena. No teníamos armas para defendernos, estábamos muertas. Estaba pensando en un plan para poder salir viva de esto, pero mis pensamientos son alejados por el golpe.

La maldita perra de Maggie, me había golpeado con el muro.

—¿Se siente eso bien? —Chilla y le borro la sonrisa de un puñetazo.

La sangre caliente me cubre el rostro y me siento mareada. Maggie esta de rodillas en el suelo y golpeo su rostro de nuevo. La sangre brota de su labio ya lastimado de la pelea en el asqueroso cuarto en el que nos tenían encerradas, y de su nariz, aunque no en la misma proporción que la mía.

—Eres una idiota, gracias por entregarnos a los errantes.

Llevo una mano a mi herida en un intento de detener la sangre. O quizás de solo recuperar la visión nublada por ello.

Miro a todas partes, intentando encontrar alguna salida, pero no hay ninguna. No hasta que ellos abran alguna de las puertas por las que hemos llegado hasta aquí, o lancen alguna cuerda para subir a las gradas.

Veo a Merle dejar mi arco con las flechas al otro lado de la arena. Justo de donde han salido los errantes. Solo debo poder pasar entre ellos y le borrare la sonrisa de mierda a este idiota.