Era la primera noche de los adolescentes en aquél infierno..
Era la primera de muchas.. Y para ser exactos 549 noches..
Pensar que aún les faltaba más de un año para que los soltaran.. Les hacía temblar.
Los adolescentes, sin poder llegar a un acuerdo sobre como distribuírse en la muy pequeña habitación, se dividieron..
4 grupos..
4 secciones..
4 clanes..
Y así, cada clan se encargaría de la salud y el cuidado de sus integrantes y podría decidir lo mejor para el clan..
El primero.. El clan de la espada..
Conformado por Bruce, Luke y Elías
El segundo.. El clan de la rosa..
Sus integrantes eran Aixa, Sakura y Aitana..
El tercero.. El clan del dragón
Formado por Peter, James y Jack
Y el útlimo.. El clan del sol..
Formado por Misa, Bianca y Aime..
Los adolescentes estaban equivocándose..
No debían dividirse.. Por el contrario, debían intentar unirse.. Pero sus mentes en ése momento no reaccionaban..
Cada clan tomó una esquina de la habitación..
Cada esquina tenía una caja con suficientes botellas de agua para un año..
Claro.. El Maestro de las sombras no quería que sus conejillos de indias murieran antes de poder jugar y divertirse un rato con ellos..
Todos, recostados sobre el helado y rígido suelo, pasaron la noche hablando.
Hasta que, a nuestro protagonista se le ocurrió una idea que lo hizo levantar de un salto algo estrepitoso.
-Alguno de ustedes tiene su telefono celular consigo?..-gritó
Todos le miraron durante unos instantes
Los adolescentes comenzaron a preguntarse entre ellos..
En serio? Nadie había traído su teléfono celular?
Todos, murmurando, comenzaron a escuchar una voz que a éste punto ya se les hacía familiar.
Esa voz, grave y a la vez irritante, comenzó a hablar.
-Creían que se los iba a dejar tan fácil?..-dijo y soltó una de sus maleficas carcajadas- Cuando entraron aqui, Marcus y Mery se los arrebataron.
En una de las paredes, a una altura bastante alta, se encendió una luz.
Desde allí, se veía una habitación con una ventana que daba a la habitación en la que estaban los adolescentes.
Ahí, se veían las tres "personas" que eran responsables de todo el sufrimiento que estarían pasando las familias de nuestros adolescentes.
Mery, una muñeca viviente de cabello pelirrojo y ojos oscuros. Vestida ahora con un pequeño vestido azul con tirantes y sus dos coletas tradicionales.
Marcus, un muñeco vivo de ojos azules y cabello negro, su apariencia de 7 años no revelaba la oscuridad de su alma. Sin embargo, vestía como un niño normal, unos pantalones de mezclilla y una camiseta con un dibujo de un rayo en el centro.
Y ahora, el jefe de los dos antes mencionados, El Maestro de Las Sombras. Su cabello oscuro, cortado por encima de su nuca, tapaba uno de sus ojos. Esas esferas oscuras y vacías reflejaban lo vacío y afligido estaba en su interior. En sus labios, una sonrisa malevola que hacía temblar hasta al más valiente. Vestido con una capa negra que cubría todo su cuerpo delgado y débil.
Y ahí fue cuando los adolescentes conocieron quienes eran sus torturadores por primera vez.
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La Llamada del Suicidio
Mystery / Thriller12 adolescentes. Una llamada. Un experimento. Una voz que engaña.