—Oh vamos, Maka ¡No huyas! Contesta de una buena vez —Le exigió Liz a la joven Albarn dándole un sutil codazo mientras la observaba con picardía.
—¡Que hable, que hable la acusada! —secundó su hermana menor mientras aplaudía con ímpetu.
—¡No! Me niego rotundamente ¿Esto es lo que ustedes llaman una sesión de estudio? ¡Por favor! Si lo menos que hemos hechos es tocar los libros —acusó la chica de coletas mientras cruzaba los brazos enojada.
—Eres muy aburrida Maka, ¿No puedes relajarte siquiera un poco? Ya nos tomaremos en serio tus lecciones. De verdad.
—Pero claro que quiero dejar los textos unos minutos, los exámenes se acercan y no he parado de estudiar todo el día.
—Entonces ¿Cuál es el problema?
—Pues... ¡Tu forma de relajación es el problema! —estalló la técnico mientras apuntaba acusadoramente a la mayor Thompson quien, sorprendida pegó un pequeño brinco en la cama que usaba como silla.
—Chicas, yo creo que deberíamos dejarlo mejor para otro día, cuando estemos con mejor disposición —sugirió Tsubaki riendo levemente por la cara sorprendida de Liz. Dudaba mucho que pudieran volver a tomar el hilo de los trabajos y Maka no parecía estar de muy buen humor.
—Tsubaki, por favor si no quieres ayudarnos mejor ni hables —murmuró Liz negando con la cabeza mientras se acercaba nuevamente al borde de la cama. A su lado, Patty continuaba brincando alegremente haciendo que el colchón pareciera tener un terremoto individual.
—Sólo quiero evitar que se pongan a discutir de nuevo.
En el suelo, Tsubaki, Maka y Chrona estaban sentadas alrededor de una pequeña mesa que la chica de coletas había llevado a su habitación para la ocasión, en la cual se encontraban papeles, lápices y libros desperdigados además de frituras, dulces e incluso peluches; producto de la batalla librada por el aburrimiento y las ganas de aprender. Lamentablemente para Maka, lo primero ya estaba matando cruelmente al segundo.
—Y no sabes cuánto te agradezco tu apoyo Tsubaki, tú si eres mi amiga.
—Vamos, vamos. Es una simple pregunta Makita, no es nada del otro mundo ¿Qué te cuesta contestar? —continuó persuadiendo la pistola mayor tumbándose sobre el colchón para alargar su mano y tomar la manga de su amiga sacudiéndola sutilmente al tiempo que hacía pucheros—. Sólo responde y te prometo que Patty y yo haremos lo mejor para sacar los sesenta puntos para pasar ¿Qué tal?
—¡¿Sesenta?! Ah no, si respondo algo tan vergonzoso lo mínimo que espero es que obtengan ochenta. Ni más ni menos.
—Okey, te doy otra opción ¿Y qué tal setenta?
—Noventa.
—¡Habías dicho antes ochenta!
—Entonces noventa y cinco.
—¡No jodas Maka! Eso sería imposible y lo sabes bien —bufó Liz dejando libre a la chica. Se estaba resignando a perder una muy buena oportunidad de molestar al que permanecía oculto escuchándolas.
Maka en cambio comenzó a reír. Obviamente sabía que las hermanas jamás podrían llegar ni en sueños a los ochenta; no es que no tuviesen la capacidad, claro que no. Su problema más bien era la concentración, se distraían fácilmente con otros intereses.
—Entonces —continuó la técnico dejando salir pequeñas risitas intentando controlarse—, si prometen sacar ése sesenta les contestaré.
—¡Si, si! ¡Lo juro por el bien de los peluches nuevos! —clamó Patty tumbándose al lado de su hermana poniendo su cabeza sobre sus manos apoyadas en el colchón, lista para oir lo que esperaba fuese una divertida confesión.
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Soul Eater Insanity
FanfictionEl Kishin ha sido derrotado y la vida poco a poco regresa a la normalidad. O eso parecía. La aparición de extraños sueños en Maka son la antesala de un nuevo escenario donde su vida es usurpada y la locura se ha desatado de nuevo. Separados, deberán...