Sed por tu Sangre

Capítulo 65 -Sed por tu Sangre (Epílogo)

Capítulo 65 - Sed por tú Sangre (Epílogo)

Nagisa POV
Aun se sentía el olor de su sangre, algo tenue pero puedo olerla mezclada con la ponzoña.  No pude resistirme, lamí su cuello y enterré mis dientes para empezar a succionar.

Karma no se movía, sólo esperaba a que terminara de alimentarme de él, mientras sus manos se deslizaban por mi cuerpo. Me separe de él completamente extasiado, aún tenía mucha sed por su sangre.

- En un año y medio, te daré el si frente a Saito - le dije suavemente al oído y volví a aspirar su cuello mientras me abrazaba de él.

Enredo sus manos en mis cabellos, sentía sus caricias por mi cuerpo, unimos nuestros labios saciándonos con el sabor del otro, volví a dirigir mis labios a su cuello succionando con fuerza, mordiéndolo levemente.  Empezó a frotarse contra mí, haciendo fricción entre nuestros cuerpos. 

Me senté a horcajadas frente a el y continuamos rozando nuestros cuerpos, retiramos de nuestros cuerpos la tela estorbosa que nos impedía lo que deseábamos.  Nuestras erecciones estaban juntas, Karma las frota con fuerza.  El líquido se derramaba por la punta del glande, haciendo el movimiento más placentero, más excitante.

Aumentaba el ritmo, llenándonos de placer a ambos, nuestros cuerpos se estremecían juntos, nos mirábamos a los ojos viendo el placer ajeno en el rostro. 

Solo se escucharon nuestros jadeos, el sonido de fricción de su mano que  aumentaba el ritmo, desde la base a la punta y viceversa.  Acariciando nuestros glandes con el pulgar.  Nos estábamos derritiendo en los brazos del otro, pasaba mis manos por su cuerpo y por el mío, para poder aumentar el placer en ambos.  Por lo que estábamos sintiendo en esos momentos, nuestras erecciones crecían, poniéndose más durar por la excitación.

Con desespero unimos nuestros labios, mientras se derrama la semilla de nuestros miembros en la mano de Karma.  Mordíamos nuestros labios, buscábamos aire para calmar las sensaciones y jadeos de nuestros cuerpos.

Permanecimos acostados en el suelo, en los brazos del otro en completo silencio, simplemente sintiendo el olor de nuestros cuerpos.

Mientras los meses pasaban, veía con pesar lo difícil que se le estaba haciendo a Karma el no sucumbir a la sangre.  Se presionaba con fuerza la garganta, mientras me miraba con súplica.

- Ya te alimentaste lo suficiente, no debemos llamar la atención - le comenté con pesar.

- Sabes que eso no basta, necesito más Nagisa - enterró su puño con fuerza en mi abdomen, caí al suelo, por la fuerza atravesé el piso superior hasta la primera planta y se me escapó por la ventana.

- Karma detente - corría detrás de él.

Hice una muralla con el escudo, por más que él trataba de atravesarla no podía y me gruñó con fuerza. 

- Lo lamento Karma - me preparé para atacarlo y usé mi sed de sangre contra el.

Rompí un paquete de sangre y la vertí en el suelo, trataba de resistirse pero no lo logró, de manera desesperada corrió hacia la sangre que se derramaba y lo abracé del cuello, le di un golpe tocando ciertos puntos y cayó desmayado en el suelo.

Un suspiro salió de mis labios, lo arrastré por el suelo hasta la casa, para encerrarlo.  En muchas ocasiones se desesperaba por salir, por probar la sangre y con pesar tuve que encerrarlo en el escudo por periodos largos de tiempo. Cuando lo encerraba se sentaba a espalda de donde me encontraba y me ignoraba.