Cuando desperté Yoongi ya no estaba en casa. Fui a la cocina a hacerme algo para comer y me senté en el sofá. Seguía sin creerme que estuviese dejando por fin atrás todos aquellos años amargos, que comenzase a tener la vida que siempre había querido. Miré el móvil y como tantas otras veces busqué ofertas de trabajo, quería mantenerme por mí misma, no iba a vivir siempre a través de otros.
Acabé de desayunar y mientras limpiaba en la cocina escuché abrirse la puerta, ¿Yoongi? Asomé la cabeza, un hombre que no conocía acababa de entrar. Me metí en la cocina antes de que me viese y llamé a Yoongi, no contestó. Cogí un cuchillo y me escondí en la alacena, pensando en lo irónico de la situación, no sabía qué hacer. Llamé a la policía y justo vi entrar al hombre a la cocina. Colgué y contuve la respiración. El hombre abrió uno de los armarios, cerré los ojos, esperando que no me encontrase, evitando hacer ruido alguno. Cerró el armario y miró directo hacia donde yo estaba, apreté el cuchillo con fuerza, tranquila Yaeji, me dije. Pero entonces abrió la puerta, salí corriendo, moviendo el cuchillo de lado a lado entre gritos. El hombre retrocedió asustado y me gritó preguntando quién era. Mantuve el cuchillo en alto, gritándole que se fuese. Escuché la puerta de nuevo, giré la vista, Yoongi entraba por la puerta. El hombre se abalanzó sobre mí, haciendo volar el cuchillo. Comencé a patalear mientras le gritaba a Yoongi que viniese. Yoongi entró corriendo a la cocina y comenzó a reírse a carcajadas mirando la escena, ¿se había vuelto loco?- Déjala ir Joonyeong, es una amiga.
- Me ha atacado con un cuchillo. —el hombre se levantó mirando a Yoongi— Avisa a tus amigos de que vengo a limpiar porque casi me cuesta la vida.
- Yaeji, ¿un cuchillo, en serio? —me miró aguantándose la risa.
- ¡Pensé que era un ladrón, idiota! —me levanté con la cara ardiendo por la vergüenza.
- ¿Así le hablas a quien te acoge en su casa? —cruzó los brazos clavando sus ojos en mí.
- Lo siento. —salí de la cocina y fui directa a la habitación.Apoyé la espalda en la puerta, estaba asustada y lo único que había hecho era reírse en mi cara. Quizá no merecía compasión, yo había sido quien asustaba a gente a punta de pistola en otros días, quizá dentro de él seguía viéndome así.
- Yaeji. —Yoongi estaba al otro lado de la puerta— Lo siento por no haberte avisado, lo había olvidado por completo. —miré la puerta y bajé la vista— Ya sabes cómo soy, no me tomo las cosas en serio. —no debería pensar esas cosas de él— Pedí pizza para comer, la dejaré en el horno, sal cuando quieras. —abrí la puerta.
- Lo siento por haberme puesto así.
- Está bien, el miedo a veces te vuelve irracional. —estiró la mano, dejándome ver mi móvil hecho pedazos— Fui a por él pero lo encontré así. Igual pensé que querrías recuperar tu número. —sonrió.
- Muchas gracias. —sonreí, me trataba demasiado bien— En serio, gracias por todo.
- Esta tarde vendrá Jin, avanzaremos en el trabajo de literatura. —la puerta sonó y fue directo a abrir— ¡A comer!Comimos mientras hablábamos de las diferentes obras que podíamos analizar para clase. Tras comer desconectamos un rato viendo la tele hasta que llegó Jin.
- ¡Yaeji! —me abrazó en cuanto abrí la puerta, recordé lo que había dicho Hoseok— ¿Cómo estás?
- Mucho mejor. —levanté los brazos dejando que viese los golpes que poco a poco mejoraban.
- Bien, la semana que viene te quiero en clase ya.
- Son las votaciones para delegado el lunes, ¿te acuerdas de lo que te dije?
- Que dejes de decirle eso Yoongi. —lo cogió de los hombros zarandeándolo— Bueno, ¿ya habéis decidido de qué hacemos el trabajo?
- Pues lo estuvimos hablando y llegamos a un par de opciones, vamos al ordenador a leer un poco de todas y elegimos juntos.Con el portátil y los apuntes sobre la mesa decidimos hablar de "La Larga Carretera" de Kim Insuk. Las horas volaron haciendo el trabajo, siempre se iba el tiempo cuando estaba con ellos, sabían convertirlo todo en algo entretenido.