Sé que esto de estar leyendo no es algo que a alguien de las edades de 10 a 18 es algo que a nadie le gusta. Bueno el punto es que mi mama quiere que escriba en este cuaderno, que creo que ustedes están leyendo en un libro más, las "grandes y maravillosas historias" que un niño de primero de prepa pueda tener. Solo para aclarar algo esto no es un diario, porque los diarios son para niñas, esto es más como un cuaderno de historias chidas de la prepa.
Empecemos, primer día de clases. Me levante como un día normal de escuela, me baño, me cambio y me pongo mi saco, la verdad a mí me gusta usar saco, recojo el cuarto, desayuno un licuado y salgo de la casa con mi papa. En el camino me venían ideas de cómo puede ser este año, quizás y saque la Banda de Honor o simplemente las mismas medallas de siempre, la de buena conducta, español, inglés, y la que todos tienen, la de las pláticas de mamas.
Llego al colegio y voy directamente al salón, veo a los mismos niños de siempre, Luis, Chuy, Andrés, Cesar, Pablo... pero a pesar de eso, veo caras nuevas, para ser exactos cinco. Todos dispersos por el salón, entro, saludo a todos y como todo niño de 15 años, tuve que acomodarme con el mismo grupo de siempre. Hablamos y como primer día de prepa, estábamos hablando de los horarios, las mises y acerca de un tema más que nada. Los celulares. Al parecer el Director Carranco tuvo una horrible idea de quitar los celulares en la mañana y entregarlos a la hora de la salida, todos pensábamos que eso era una estupidez. ¡Quitarnos nuestros preciosos celulares! ¿En qué cabeza cabe? No es que me importe tanto el no tener mi celular en clases, pero solo pensar que no podre tenerlo ni siquiera en recreo, eso sí me ponía de nervios y algo enojado.
Una maestra, que el año pasado había visto subiendo y bajando las escaleras, entro al salón nos sentamos todos y claro que ella no iba a permitir que nos sentáramos donde quisiéramos, nos sacó a todos con todas las cosas que teníamos e hicimos una fila. Todos salimos hecho un desorden, pero en cuanto vimos a Miss Betina, la coordinadora de español, nos callamos e hicimos una fila como se nos había dicho. Llevaba la misma ropa de siempre, un chaleco gris con el logo de la escuela y abajo una camisa de manga larga, no sé cómo resiste el calor de Piedras Negras con esa ropa, el pantalón gris y liso y unos zapatos negros, muy bien boleados.
- Buenos días muchachos. ¿Cómo se la pasaron en sus vacaciones? Supongo que ya recargaron energías para entrar a la prepa. Hagan la fila por estatura, que esto parece una montaña rusa.
- Si Miss Betina.
Todos respondimos e hicimos lo que nos ordenó. Se me quedo viendo un momento, yo claro que me sentía nervioso, esos ojos penetraban tu alma, alguna vez han sentido ese incomodo momento donde alguien se te queda mirando fijamente por un largo tiempo, bueno asi me sentí yo, pero seguí en orden. Sabia el porque me estaba viendo, mi corbata, se supone que la corbata tiene que ser roja y lisa, para la gente que no sabe que es una corbata lisa: es una corbata sin dibujos. Claro que era el primer dia y tenia que llegar como el típico niño que no sabe nada.
- Esa corbata no es aceptable, Hernández.
- Si miss, mañana la cambio.
- Eso espero, si no es así tendré que hablar con tus papas
- Hágalo, mis papas le dirán lo mismo.
- ¡No me conteste así jovencito! Que falta de respeto, ¿así quieres empezar prepa? Sabes muy bien que esa corbata no es aceptable. No pueden tener nada, tiene que ser lisa.
- Si miss Betina, la cambiare.
- Muchachos, les diré indicando donde les tocara sentarse, ¿alguna duda?