Victorious (Brendon Urie y tú)

Relax

Me despierto con casi las primeras luces del día y gimo frotándome los ojos. Miro a mi lado y está Brendon dormido profundamente. La sábana blanca se ha enredado entre nuestros cuerpos y el sol nos ilumina a medias. 

Son las siete de la mañana pero no me importa levantarme temprano estando en el paraíso. Es martes 9 de julio y seguro que haremos alguna cosa divertida. 

Voy de puntillas hacia el baño a lavarme la cara con jabón y ponerme crema solar. Me arreglo el pelo con una trenza ladeada. 

Salgo otra vez de puntillas y en la casita hace un calor abrasador, así que busco la manera de encender el aire acondicionado. No tardo mucho en ver que el mando está en la encimera de la cocina. Enciendo y oigo un "bip" que me indica que el aire fresco empieza a rodearnos y Brendon se mueve pero sigue dormido con la boca abierta. 

Miro un poco por la cocina a ver qué puedo hacer para desayunar que sea lo más silencioso posible. Encuentro la cafetera en uno de los pequeños armarios y en una despensa en la otra punta al lado de la nevera el café. Con movimientos patosos pero sorprendentemente silenciosos, pongo la cafetera en los fogones y consigo encender el que necesito. 

Abro la nevera en busca de ideas y rezando mentalmente para que no esté vacía y encuentro fruta y alimentos variados. Saco varias frutas e intento cortarlas a dados sin que se despierte, pero me giro y sigue dormido. No pensaba que tenía un sueño tan profundo. 

Termino de servirlo todo y en el armario de los platos encuentro una bandeja. Sí, esto es ideal. 

Acabo de ponerlo todo, lo dejo encima de la mesa y me pongo de rodillas en la cama donde él todavía duerme, sin enterarse de nada, en su propio mundo. 

Empiezo a darle pequeños besos por la mejilla y se despierta gruñendo. Me separo, con una sonrisa viendo como Brendon se rasca los ojos y me mira con cara de dormido. 

-Buenos días...-susurro, coqueta. 

Antes de que me pueda contestar me giro a buscar el desayuno  y se lo traigo a la cama. 

- Y ¿esto?- pregunta, con voz dormida, todavía adaptándose a la luz que entra cada vez más por la ventana.

Sonrío tiernamente.

-A ver, Beebo, me llevas a un paraíso por sorpresa, no me dejas pagar nada y ¿no te puedo hacer el desayuno? Tu también mereces que te consientan.

Él sonríe y me atrae contra él para besarme, aunque debo ir con cuidado de no tirar los cafés. Sus labios están suaves y calientes y no quiero separarme de él pero debo, estoy en mala postura. 

Nos tomamos la fruta en la cama dándonos comer el uno al otro y riéndonos, estoy convencida que si alguien nos viera le daríamos asco, mucho asco pero si esto es lo más parecido a la felicidad, yo me quedo aquí.

Contrasto la dulzura de la fruta con el sabor amargo del café caliente mirando las vistas, después de que Brendon todavía estuviera en contra de correr las persianas del todo. 

Recojo todo mientras él se va a afeitar y miro el móvil, por primera vez desde ayer. Tengo muchos más mensajes de los que pensaba. Holly, preguntando si hemos llegado bien, Alba, quéjandose de su trabajo y mensajes y comentarios de fans en Instagram. 

A Alba le respondo con un selfie con las vistas aunque sé que en Barcelona será de noche y ya lo verá. Con Holly, me disculpo y le pregunto si todo está bien. Sorprendentemente está despierta y me manda un selfie con Evie, parece que ya se empiezan a tolerar. 

Brendon sale del baño, acabado de afeitar. 

-¿Qué hacemos hoy?-pregunto girándome hacia él y aguantándome una sonrisa de lo guapo que está. 

-¿Relajarnos y dar una vuelta por los alrededores cuando sea más tarde?- propone, pásandose la mano por el pelo. 

Asiento y paso por su lado a darle un beso en la mejilla, pero me gira la cara y acabamos dándonos un beso en los labios. 

Me separo de él y me voy a poner el bikini en el baño pero dejo la puerta medio abierta. 

-Tienes que probar la piscina, en serio-le digo mientras me peleo con la parte de arriba del bikini - pero del todo, está caliente. 

Digo esto último mirando hacia la puerta, esperando ver el vacío y veo a Brendon en bañador con una sonrisa ladeada mirándome fijamente.

-Oh... has estado ahí todo el rato, ¿no?- pregunto y él ríe.

-No me podía perder las vistas.

Salgo del baño y suelto una sonrisa ahogada cuando paso por su lado y él me coge de la mano.

Me lleva hasta la parte trasera de la casita dónde el sol me pega directo en la piel cuando me paro en el borde que da directamente al mar y me pone de cara a él. Entrecierro un poco los ojos para poder adaptarme a la luz. 

-Eres una verdadera tentación- empieza acercándose sensualmente a mí.- pero...

Hace una pausa y acerca su boca lentamente a la mía y cierro los ojos. Cuando le quedan pocos centímetros se para y abro los ojos, desconcertada.

-Pero siempre he pensado que tú eres más fácil de tentar- añade con una media sonrisa, de esas que me desarman. 

Antes de que me de cuenta siento sus manos que me empujan, me noto caer y como mi cuerpo se sumerge en el agua que al primer contacto, está fría. 

Salgo a la superficie intentando no pensar en el frío que tengo ahora mismo y me parto el cabello de la cara. Oigo la risa de Brendon, que se hace más sonora cuando me saco el agua de las orejas y lo veo mirándome cuando me quito el agua también de los ojos. 

-¿En serio?,joder-atino a decir medio chillándole a distancia. Pero su risa es demasiado contagiosa y acabo riéndome.

-Ahora, amor mío, apártate- me chilla un poco demasiado shakespiriano moviendo el brazo hacia mi derecha. 

Le hago caso, imagino que se querrá tirar al agua. 

Brendon se pone de espaldas y sin pensárselo salta al agua con una voltereta mortal hacia atrás y cae en bomba salpicando el máximo de agua que puede. Se sumerge y  sale a la superficie justo a venir a abrazarme por detrás.

-Preciosa- me susurra a la oreja- prométeme que nadie nos va a separar jamás. 

Me giro rápidamente sin deshacer el abrazo y le planto un beso en los labios mojados.

-Te lo prometo.- le susurro frente a frente.