S e i s

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Nuestra madre siempre tuvo razón

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Nuestra madre siempre tuvo razón.

No tenía dotes para nada; no era una buena amiga, menos una buena hija y tampoco pude ser una buena hermana.

Y es que en realidad me sentía así, inútil.
Tú siempre estabas detrás de mí, imitándome, sonriendo por todo. No entendías nada de lo que pasaba a tu alrededor y aunque hicieras algo mal, nunca recibías regaños ni reproches por ello.

Eras feliz, tonta y realmente feliz.

Incluso después de que descargara sobre ti toda mi frustración y resentimiento, sonreías.
Y cuando te decía que eras un fenómeno inútil, alguien que hacia todo mal y que no tenías remedio alguno, no respondías. Solo me envolvías con tus pequeños brazos y guardabas el silencio más absoluto.

Ahora entiendo que, muy en el fondo de tu corazón, lo sabias.

Que aquellas palabras nunca fueron para ti, sí.
Que solo trataba de reprocharme por sentirme inservible, quizá.

Entonces si ya me conocías, si ya sabias quien era, hermanito.

¿Por qué te fuiste?

¿Por qué te fuiste?

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Hermanito, lo siento©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora