Hannah
Estaba segura de que me había perdido en el camino, más que segura, lo sentía dentro de mí, lo sentía por cada vez que daba un paso, y dolía, y esperaba que con el tiempo parara, pero no, nunca paro.
Llevaba menos de cinco horas en aquel lugar, y lo odiaba, lo conocía de toda la vida y veníamos aquí por cada vez que las cosas salían mal, me recordaba a cuando era pequeña y viajar hacia acá era de mis cosas favoritas, no veía la hora de llagar y el camino se me hacia eterno, era como cualquier niña, deseando poder teletransportarse y llegar en un santiamén, pero el tiempo había cambiado, mis pensamientos eran otros, mis intenciones variaban y el venir, ya no era divertido no recuerdo haber dejado atrás a la niña que reía sin parar, la que rompía los cigarros de su madre diciéndole que eran malos a la que fumaba por cada vez que había un problema, ¿Dónde me había quedado? ¿En que parte del viaje me perdí?
Cinco horas y deseaba regresar me por primera vez en mucho tiempo, sabía que era una mala elección, pero así era yo, tomaba malas decisiones por cada paso que daba.
Y la fiesta de Chris no era la excepción, conocía a todos en el pueblo, así que las invitaciones siempre llegaban, Chris era de los chicos más populares del lugar y había sido mi mejor amigo en su época, deba las mejores fiestas, "Alcohol, drogas y diversión" era el lema de la casa, hacían una fiesta al mes para celebrar las cosas buenas, las malas y cuando de plano no sucedía nada hacían una fiestas para que pasara algo y así era, claro que al terminar se volvía el tema de conversación en todo el colegio, los rumores corrían, las preguntas, las nuevas relaciones y las que terminaban, todo eso se daba en aquella fiesta, hasta los más pequeños del pueblo la conocía y estando yo ahí ya no podía faltar.
Las puertas de la casa eran las mismas, aquella pintura verde que brillaba con el sol empezaba a caerse, y debajo de ella quedaban los destellos de alguna vez una puerta dorada, lo recordaba a la perfección, había cruzado esas puertas un millón de veces, había sido como mi segundo hogar después de que la abuela muriera, conocí a Chris en el funeral, había ido por obligación de su madre, lo sabía, teníamos como 8 años, y nuestros grupos no se llevaban, hasta ese día que lo vi, y me tendió la mano, con ocho años nos hicimos inseparables, hasta que ambos arruinamos lo que teníamos
-Hannah, ¿Vienes?- pregunto Kate, desde el otro lado, esperándome, no me había dado cuenta que me había quedado observando el lugar un par de minutos, los recuerdos me abrumaban y por primera vez, me estaba dando cuenta de mi mala decisión, no estaba lista para verlo otra vez, pero me había convencido a mi misma de que sí.
-Claro, voy- conteste, mientras avanzaba y me colocaba bien la chaqueta para disimular mi nerviosismo.
La luces adentro eran de todos los colores, la música estaba al tope y retumbaba en cada esquina de la habitación, habían creado una pequeña pista de baile en el centro, con los muebles a las orillas, y las chicas bailando, reconocí a varias, mientras Kate me jalaba del brazo para llegar al otro lado, habían cambiado muchas cosas y sentí que ya no era el mismo lugar que deje hace un par de años, hasta que lo vi, lucia igual de bien que siempre, su chaqueta se alzaba un poco cuando se agachaba para lanzar la pelota del Beer pong, y lograba ver su tatuaje en el costado, era el mismo tatuaje con el que había soñado siempre, teníamos el mismo, era un lazo que prometimos jamás romper, pero así son las promesas nunca duran para siempre, sonreía abiertamente con algún chiste le había contado el chico de enfrente, lo extrañaba, cada parte de mí, me decía que me acercara, pero ¿Cómo?, como ir a saludar al chico del que te enamoraste desde los 9?, como ir a decirle hola, después de que nuestra relación terminara, no podía moverme y necesitaba superarlo, lo sabía, el lo había hecho ya y yo también podía, decidí irme, y tome la primera cerveza que me ofrecieron, no iba saludarlo, me repetía la misma frase en la mente una y otra vez, no iba a ir a saludarlo, podía ser fuerte, iba a ser fuerte.
-Han, vamos a jugar Beer pong, ¿Vienes?-grito Kate para poderla escucharla entre la música
-¿Quiénes juegan?
-Los de siempre, sabes que el no va, aun no le hemos dicho nada- contesto, mientras me miraba a los ojos, así era Kate, comprendía a todo el mundo y se ponía en sus zapatos, por alguna razón era mi mejor amiga y la única que sabía lo que había ocurrido entre Chris y yo, todo el pueblo pensaba que todavía nos llevábamos, jamás les conté porque me fui, porque un día decidí desaparecer y no volver hasta ahora.
-Ya voy, espero que sea una partida buena
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Quédate una noche más.
Teen FictionHannah es una chica que regresa al pueblo donde vivía después de varios años, con la espera de encontrar a un viejo amor pero en el camino conoce a alguien más y sus sentimientos cambian, ya no sabe si lo que sentía en el pasado es real o las cosas...