¿Hetero o no?

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Isla se la pasó escondiéndose de esos ojos que la miraron en las gradas de la cancha, ¡qué vergüenza pasó! Y lo que es peor, ¡delante de ese sujeto! la vida debía de estar en su contra aquel día.

A la hora de la salida se fue corriendo de la escuela hasta llegar a su casa que quedaba a quince minutos caminando pero llegó en tan solo cinco y con la respiración agitada. Saludó a su madre y subió a la alcoba donde dejó la mochila en un lado, el uniforme en otro y su cuerpo fue bañado en la ducha durante una hora.

—Isla necesito que bajes cuando termines.

— ¿Por qué?

—Porque yo digo —. Típica respuesta de la madre gruñona y controladora que casi todos tienen —algunas disimulan, pero no ella—.

La chica se vistió con lo primero que encontró, no era como que necesitara un gran vestido para estar en su casa para ella bastaba una blusa y short simple. Bajó con sandalias y, al cruzar el umbral que daba a la sala se quedó tiesa como estatua.

La vida no podía odiarla tanto, ¿o sí?

— ¿Ella es tu hija? — una mujer de pelo castaño como el de su hijo/a va hasta Isla y la abraza —. Ya está muy grande recuerdo la primera vez que la vi, parecía una albóndiga. ¿Me recuerdas?

—No... ¿Debería?

—Pues no, eras muy pequeña cuando nos fuimos Eiden y yo.

Sostiene la respiración al escuchar ese nombre, trata de no mirar al dueño que está sentado a tres metros de ella.

—Eiden ven salúdala —. La mujer jala a su hijo/a.

—Hola... niña vómito —. Se burla de ella, las madres no entienden la referencia pero igual era cosa de "adolescentes" como ellas siempre lo habían dicho.

Con un bufido Isla se dio la vuelta dispuesta a huir como cobarde pero su madre la detuvo antes de dar un segundo paso.

—Quédate — maldijo en voz baja y fue hasta sentarse al lado de su madre con los cachetes como bomba que estaban a punto de explotar.

Casi no participó en la plática animada que había entre sus cuatro acompañantes, ignoraba casi toda pregunta que le hacían a ella pero una que le hicieron a Eiden la hizo posar sus ojos sobre él/ella por primera vez en la tarde.

— ¿Y tienes nov... — la madre de Isla se quedó a media pregunta, parecía disculparse con la mirada como si estuviera a punto de decir una imprudencia.

La charla terminó media hora después en la que se despidieron del par de nuevos vecinos. Isla rogaba en su interior que un rayo la partiera en dos pero no tenía tanta suerte como para que su vida acabara tan rápido.

—Adiós niña vómito, me debes unos tenis nuevos —. Eiden tomó la mano de Isla jalándola hacía él hasta plantar un beso en su mejilla. Se fueron y la puerta fue cerrada a sus espaldas.

La chica suspiró con una sonrisa bobalicona, estaba apenada sí, pero más allá de eso le gustó ese pequeño roce en su mejilla.

—Que lindas son, ¿no crees?

¿¡Lindas!? Se decía en la mente, genial, ahora se había convertido en lesbiana gracias a una chica que parece chico.

¿Chico O Chica? (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora