¿Chico O Chica? (Sin Editar)

Naturaleza engañosa

Después de cenar se tiró a la cama boca abajo, quería que ese colchón tan blando la absorbiera hasta que le faltara el oxígeno así moriría y todas sus desventuras se irían con ella a la tumba.

—Es chica — se recordaba en voz alta.

Gruñía, chillaba, se lamentaba y después de ese ataque de locura llenaba sus pulmones de aire para empezar de nuevo. Agarró el celular y entró a Facebook directamente al perfil de Eiden A. Bastida, ¿en verdad era una chica? ¿Por qué tenía esa foto de perfil con un traje de hombre? ¿Por qué tenía labios de hombre, ojos de chica, pecho de chico, aretes como mujer y estatura de un varón?

— ¡Es que la naturaleza me está tendiendo una trampa! — Se tiró de nuevo a la cama gimiendo más fuerte de lo que se consideraría normal — . No naturaleza, no caeré en tus garras ¡yo soy heterosexual... o eso creo!

Su madre pasaba cerca de la habitación pero al escuchar los quejidos de abuela de su hija, tocó la puerta.

—Adelante — apenas se escuchaba la voz pero aun así la señora Martha la escuchó. Fue hasta la cama de su hija sentándose a su lado.

— ¿Y ahora por qué el drama?

—La vida me odia — dijo aun en su lugar.

Martha río, su hija podía ser demasiado dramática.

—Exagerada, ¿qué ha pasado?

—Nada, solo mátame y déjame ser feliz en el otro mundo — Isla tomó un lápiz y se lo tendió a su madre —. Atraviésame el cuello con esto, anda, ¡mata a esta desdichada!

—Isla... esta cosa no tiene punta, ¿cómo te voy a matar?

—Ay, ¿y no puedes sacarle punta? — gruñó la hija tomando el lápiz sacándole punta y dándoselo a su madre —. Ahora sí, ¡mátame! pero no me vayas a manchar el cabello de sangre.

—Tonta, oye hablando de algo más, ¿por qué Eiden te dijo niña vómito o algo así?

—Calla — tapó su cara con una almohada.

—Recuerdo cuando ambos jugaban por toda la casa, eran unos pequeños diablitos.

Isla se le quedó viendo a su madre, ¿ella conocía a Eiden? claro que sí, Eiden era un año mayor que ella y desde que la chica nació hasta los cinco años fueron inseparables hasta que la madre de Eiden, la señora Elena, se separó de su esposo y decidieron marcharse.

—Olvida eso, necesito morir ahora mismo.

—Hija eres tan dramática como tu padre, duerme antes de que te de la loquera de nuevo y quieras lanzarte por la ventada — le dio un beso a su hija pero antes de irse dijo —. Y me llevaré este lápiz, por si acaso.

Trató de dormir pero en sus sueños solo había una imagen y era la de esa chica con cuerpo de chico o ese chico con cara de niña... o eso que ella veía y le gustaba a más no poder.