El amor no tiene sexo

899 126 18
                                    

Habían pasado ya unas semanas desde que Isla se convenció de que realmente le gustaba Eiden mas sin embargo no podía acercase a él sin imaginar que pudiera tartamudear, transpirar más de lo normal o vomitar como aquella vez.

Simplemente no podía.

Cada tarde iba a una parque no muy lejos de su casa en donde jugaban futbol varios chicos, entre ellos Eiden. Isla no tenía el valor de ir y enfrentar su gusto por la chica medio chico pero debía de hacerlo alguna vez.

Mónica le dijo varias veces que le hablara sin importar si era chico o no, ni que fuera un animal para huir de los sentimientos encontrados, claro, no estaba enamorada pero verlo cada día la hacía experimentar sensaciones que desconocía por completo y varias imágenes de ellos dos atravesaban su cabeza.

Estaba tan sumida en una libreta tipo diario en la que escribía que no se dio cuenta quién se puso de pie frente a ella.

—Hola, ¿vienes a vomitarme? Espero que no, son nuevos — su voz la derritió por dentro, ni tan gruesa ni tan grave, ni muy sutil ni muy bruta. Simplemente perfecta.

—Idiota — le dijo en un susurro mirando a otro lado.

— ¿Disculpa? vuelve a decir eso — Isla se petrificó al notar un semblante serio. Eiden se hincó con una rodilla para estar a la altura de la chiquilla que lo insultó —. No vuelvas a decir eso.

— ¿Y qué si lo hago? — retó, de inmediato se golpeaba mentalmente ¿es que quería que la golpeara ese sujeto?

Eiden le sujetó la barbilla firme sin lastimarla y sonrió mostrando un hoyuelo del lado derecho de sus labios. Acercó su rostro hasta quedar a un par de centímetros de la boca de la niña vómito.

—Te besaré si lo haces.

Isla tragó duro, Eiden rio levemente mientras negaba con su cabeza. La niña de daba una impresión de ternura, cada gesto le hacía querer que sus mejillas se sonrojaran. Su amiga de la infancia a la que olvidó por completo, la misma que lo vómito y le dijo idiota. Que vueltas da la vida.

Ese acercamiento hizo que la castaña mirara aún mejor las facciones de ese tipo; sus cejas perfectas, más que las de ella, su labio inferior un poco más carnoso que el superior, una pequeña cicatriz que tenía en su barbilla circular y mejillas apachurrables. Para ella estaba claro, era un chico.

—Adiós niña vómito, deja de babear por mí que soy prohibida —. Tan pronto escuchó esa palabra unos labios se estamparon contra su mejilla. Eiden se alejó e Isla lanzó un gruñido e hizo ademanes extraños con las manos, azotó la libreta contra el piso e hizo un berrinche.

¿Acaso jamás tendría la respuesta correcta? ¿Entonces era chica? ¿Por qué no puede saberlo y ya?

Miró como se reunía con sus amigos. Si era una chica ¿cómo es que la trataban como un chico? ¿Cómo soportaba estar rodeada de hombres?

Una idea fugaz la hizo sonreír. Investigaría también sobre esos chicos. Les tomó fotos con su celular con cuidado de que un flash no se le escapara y salió volando a su casa para empezar su tarea de agente del FBI.

¿Chico O Chica? (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora