Doloroso descubrimiento

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— ¿Qué dijiste?

—Que si quieres ir al cine conmigo.

Isla lo miró con ojos entrecerrados, no creía que fuera posible tanta belleza en un solo día. ¿Eiden invitándola al cine? ¿Qué sigue? ¿Sacar diez en cálculo? ¿Que su madre la deje salir? ¿Que su padre se quede en casa una semana seguida? No, eso ya sería que el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina.

—Estoy ocupada.

— ¿Qué harás?

—Nada, mi mamá no me da permiso de salir.

Por primera vez su madre y sus reglas la habían salvado de salir con el chico—chica que le gustaba. Eiden sonrió de lado negando despacio. Ella recorrió de nuevo las facciones de su rostro, hermosas, se dijo, esperó a que le diera esa imagen tan perfecta que el chico/a acostumbraba a hacer.

Y lo hizo, mordió su labio inferior de manera lenta que casi hace a Isla babear.

—Pediré permiso a tu madre.

—No creo que sea...— Eiden la dejó con la palabra en la boca y se fue de ahí —. Sí claro, déjame sola al fin y al cavo que no me importa.

Se colgó la mochila en los hombros caminando hasta su casa donde su madre ya sabía de antemano sobre la "salida" que su hija iba a tener o sí o sí con el chico. Al llegar a la casa se tiró a la cama durmiéndose casi al instante en que tocó el colchón con todo y el odioso uniforme azul marino con negro la hacían usar. Al dar las tres de la tarde Martha fue a por su hija a advertirle que Eiden la esperaría fuera del cine a las cuatro y media pero, para su sorpresa, su hija seguía sumida en un sueño en el que el protagonista era aquel chico—chica que le robaba el aliento.

— ¡Despierta Isla! — después de varios intentos logró despertarla y con varias amenazas que terminarían en un inminente castigo la chica aceptó salir con él.

Se duchó y le tocó usar una cambia de ropa que jamás ni en un millón de años hubiera usado de no ser por su madre.

—Parezco mujer.

—Eres mujer, anda ya vete.

—A veces me dan ganas de...

—Te quedarás con esas ganas niña.

Y así emprendió el viaje de quince minutos en un taxi, habría tomado un bus pero su madre prefirió que se fuera ahí para que llegara más rápido.

Al bajar del auto Isla miró a todos lados esperando ver a Eiden pero este no estaba ahí. Pasaron alrededor de diez interminables minutos hasta que escuchó una voz familiar algo lejos de ella a sus espaldas. Volteó nerviosa, hace tanto que no usaba un vestido para salir que le daba vergüenza que la vieran así.

—Mierda.

Mordió sus labios para dejar atrapadas las palabras vulgares que se le ocurrían.

—Eiden eres un idiota.

Antes de que el chico llegara a su lado en compañía de una hermosa rubia, Isla sacó el celular e hizo como si atendiera una llamada de su madre, respondía con aparente normalidad hasta que "colgó" dirigiéndose a la pareja de jóvenes.

—Tengo que irme — se dio la vuelta, apenas comenzó a caminar una mano apresó su brazo.

— ¿Qué pasó?

—Mamá dijo que hay un problema con papá y que tengo que regresar —mintió sin parpadear retando al par de ojos miel.

—Pero...

—Adiós — se soltó.

Caminó a paso rápido mezclándose entre las personas, una vez hubo estado a varios metros volteó a ver atrás. La chica abrazaba a Eiden por la cintura y él besaba su frente.

—Entonces eres chico... y tienes novia.

Dolida fue a su casa caminando durante una hora, prefería ir lento e inventarle una excusa a su madre del por qué había llegado tan temprano.

—Los hombres son idiotas.

¿Chico O Chica? (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora