Lo escuché salir a clase y lo escuché volver, seguía en la cama, envuelta en las sábanas, incapaz de enfrentarme a aquel chico cruel que hablaba así de mí a mis espaldas. Tocó a la puerta y abrió, me acurruqué sobre mí misma, no quería verlo.
- Yaeji, ¿estás bien? —asentí desde la cama— Si estás bien, ¿porqué no has salido de la habitación? —su cara apareció frente a la mía, estaba tumbado en la cama. Salté de esta, incapaz de controlar que mi corazón se acelerase al verlo sonreír— ¿Vas a contarme ya qué te ocurre? —se quedó sentado al borde de la cama
- No me encuentro bien, creo que tengo fiebre o algo.
- Ven. —tiró de mi brazo obligándome a sentarme y besó mi frente— Sí que estás caliente... Te traere algo, espera aquí. —se levantó y salió, no tenía fiebre pero que se acercase así a mi frente me hizo subir la temperatura— Toma esto, en un par de minutos te sentirás mejor.
- Gracias. —cogí la pastilla y el vaso de agua sin mirarlo.
- Hoy hablé con Jin. —tragué la pastilla a toda velocidad— La semana que viene vendrán a casa a pintar y le pregunté si podías quedarte con él un tiempo. —mentiroso— Me dijo que sin problema, pero que te preguntase a ti primero. —sonrió.
- Si no les molesta a sus padres, está bien. —yo también mentí.
- Le diré que les pregunte antes de esta tarde, así cuando venga a acabar el trabajo ya te avisa.
- Vale, gracias a los dos. —sonreí y me tumbé de nuevo en la cama— Come tú Yoongi, yo necesito dormir.
- ¿No quieres una sopa o algo así caliente?
- No tengo mucha hambre, la verdad. No te preocupes, dormiré un rato y ya estaré mejor.
- Está bien... Descansa.Salió de la habitación y aunque pensaba estar mejor en cuanto se fuese, me vi confusa. Odiaba lo que había oído y al mismo tiempo cómo me trataba seguía haciéndome enloquecer. No le importas Yaeji, me repetí hasta convencerme. Las horas pasaron más rápido de lo que imaginaba, el timbre sonó y Jin entró a casa. Me levanté y salí del cuarto.
- ¿Ya estás mejor? —preguntó Yoongi, asentí.
- ¿Te encuentras mal? —Jin se acercó a mí— ¿Quieres dormir? Podemos seguir mañana, aún tenemos tiempo.
- No, está bien, estoy mucho mejor. —sonreí y me senté en la mesa, sacando de la mochila los apuntes del día anterior.Sin mucha más conversación comenzamos a trabajar de nuevo, buscando y contrastando información en uno y otro sitio. Con todo lo que necesitábamos ya recogido comenzamos a hacer un resumen y a preparar la presentación. Aunque notaba cómo se miraban, preguntándose con los ojos qué me pasaba, no preguntaron nada y cuando llegaba la noche ya casi habíamos acabado.
- Mañana en un rato lo tendremos hecho ya. —dijo Jin alegre guardando las cosas.
- Con el tiempo que falta podemos hasta aprendernos de memoria lo que hay que decir, es un punto extra si hacemos la presentación sin apuntes.
- Cierto, podemos estudiarlo entonces.
- Sí. —dije, dando paso a otra mirada entre los dos.
- Esto... Jin, ¿qué dijeron tus padres de que vaya Yaeji la semana que viene?
- ¿Eh? ¡Ah! Dijeron que no hay problema. —sonrió.
- Bien, entonces...
- El sábado puedes venir ya si quieres. —dijo mirándome— Si no pues el lunes, cuando quieras.
- El sábado está bien.
- No vendrán a pintar hasta el lunes. —dijo Yoongi.
- Querrás tapar los muebles y esas cosas, no quiero estar aquí en medio.
- Cierto. —contestó forzando una sonrisa.
- Bueno, pues hasta mañana. —dijo Jin levantándose.
- Hasta mañana. —respondimos al unísono.Yoongi acompañó a Jin hasta la puerta y hablaron fuera en voz baja. Entró de nuevo y paró mis manos mientras recogía. Lo miré, sin entender qué hacía.
- Cuéntame ya qué te ocurre.
- Ya te he dicho que tenía fiebre.
- No, qué te ocurre conmigo. Has estado evitándome toda la tarde, no has tardado ni un segundo en aceptar irte a casa de Jin.
- Pensé que te parecía que haríamos buena pareja. —dejó ir mis manos casi con rabia— Quiero darle una oportunidad. —acabé de guardar las cosas.
- ¿Y por eso tienes que ignorarme? ¿Te caigo mal ahora?
- No tienes porqué aguantarme solo por pena. —entré a la habitación, Yoongi me siguió.
- Llevas aquí casi una semana, ¿qué cojones te ha dado para hablar así? —tiró de mi hombro enfrentando nuestros ojos— ¿En serio te piensas que estás aquí por pena? —giré la cara— ¡Mírame, no seas estúpida pensando esas cosas!
- Una niñata como yo solo sirve para pensar estupideces. —su mano en mi brazo apretó con fuerza, no entendía su expresión, sus ojos me seguían poniendo nerviosa.
- Repite eso.
- Soy una niñata, tú mismo lo dijiste. —su mano resbaló por mi brazo dejándolo ir— Anoche.
- ¿Estabas escuchando?
- No quieres saber nada de mí sabiendo dónde he estado, eso era, ¿verdad?
- Yaeji... No quería decir esas cosas.
- Sin embargo lo dijiste. A mis espaldas, a tu amigo.
- Yae...
- El sábado iré a casa de Jin. Y en cuanto encuentre trabajo ya no tendrás que sentir pena por mí. —le di la espalda, sin contestar a sus disculpas, sin mirarle ni una vez. Y al final salió de allí.Otra noche más escuchaba en la lejanía cómo desfogaba su rabia contra el saco de boxeo. Sus quejidos y sus golpes se escuchaban mucho más fuertes que las otras noches, debía odiar tenerme bajo su techo.
El portazo me hizo saber que se había ido a clase. Salí de la habitación y tras comer algo miré el móvil, tras tanto tiempo tenía una respuesta positiva. Una entrevista el martes de la semana siguiente. No podía creerme que estuviese leyendo algo así, por fin, una entrevista. No me habían aceptado en el trabajo, ni siquiera tenía ropa decente que ponerme para ir, pero solo saber que existía la posibilidad me puso feliz. El tiempo pasó y Yoongi volvió de clase, me levanté del sofá y cuando volvía hacia la habitación me puso una bolsa delante.- Come.
Esperó quieto hasta que cogí la comida y siguió su camino escaleras arriba. Estuve dando vueltas en la habitación y cuando por fin decidí comer escuché el timbre de la puerta. Fui a la cocina y me senté allí, comiendo la sopa que Yoongi me había dado. El timbre sonó de nuevo. Me levanté para abrir y escuché los pasos en la escalera, seguí comiendo mientras Jin y Yoongi hablaban en la puerta, demasiado lejos como para entender qué decían.
- Yaeji. —Jin se asomó a la cocina con una sonrisa— ¿Va todo bien?
- No, nada bien. —sonreí y seguí comiendo la sopa que ya casi me había terminado.
- ¿Habéis discutido? Yoongi ha estado quejándose, diciendo que por él te vengas hoy mismo a mi casa, pero no me ha dicho qué ha pasado.
- Lo escuché hablar la otra noche y no quiero molestar a alguien que me ve así.
- ¿Nos escuchaste por la noche?
- Esperaré a que tus padres no estén en el piso, no te preocupes. Si hace falta puedo vivir un par de días en la calle, no sería la primera vez que paso un par de noches a la intemperie.
- No digas esas cosas... Estoy seguro de que aunque no te vea como yo te veo, sigues cayéndole bien.Preferí quedarme callada y Jin salió tras soltar un suspiro. Cuando acabé de comer limpié las cosas y salí a la mesa del salón, ninguno de los dos estaba allí. Saqué los apuntes y el ordenador y seguí haciendo el trabajo por mi cuenta. Con el resumen ya hecho lo guardé todo, no podía hacer la presentación por mí misma.
Jin bajó las escaleras, cerré el portátil y me levanté para ir a la cocina a por algo de comida.- Yaeji. —me quedé quieta y giré sobre mí misma para mirarlo— Si estás incómoda aquí puedes venir conmigo. Hablé con mis padres y no les importa que vengas.
- ¿Es en serio?
- Claro. —sonrió— No quiero que estés aquí si no vas a estar bien.
- Voy a por mis cosas, espera.Entré a la habitación y cogí la poca ropa que tenía. Cambié de teléfono la tarjeta, volvía a tener un móvil viejo y roto, pero era suficiente para estar atenta por si me llamaban de algún trabajo. Jin se asomó a la puerta de la habitación, cogí la maleta golpeada a la que le faltaba una pata, pero que era suficiente para guardar mis cosas. Me colgué las dos mochilas y lo miré.
- ¿Vamos?