Anestesiado

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Eiden seguía enojado, furioso, a pesar de eso no había podido hacerle frente a su amigo que seguía fuera de la ciudad, lo comprendía en cierta manera. Timmy conocía de mucho tiempo —al menos de vista— a Isla asique no tenía por qué reclamar algo que no era suyo... no todavía. No pensaba en la chica como en un premio pero temía que fuera para alguien más, no, tampoco estaba enamorado pero un gusto era un gusto, ¿verdad?

No faltaba mucho para la llegada de Timmy y Eiden se preparaba para sacarle la sopa de forma sutil y si no, tendría que pasar al plan B, una amenaza, tal vez no de muerte ni algo tan feo pero una amenaza es una amenaza. Lo que no consideró ni de lo que se acordaba, era que el día que Timmy llegaba Eiden debía ir al dentista a que le sacaran la temible muela del juicio.

Que dolor sería más aparte de eso que vergüenza.

Llegó a su casa mareado y aún con el efecto de la anestesia, para su mala suerte, era una de esas personas que no sabe lo que dice, lo que hace o quién es... ni tampoco guardaría un secreto ¿o sí?

La puerta del frente fue golpeada, Elena fue corriendo a abrirle a Isla que tenía en sus manos galletas de vainilla que había preparado su madre.

—Pasa querida, llegas justo a tiempo. ¿Podrías quedarte con Eiden? Tengo que salir rápido a comprar unas medicinas para él.

—Pero...

—Gracias, ya regreso —. Tomó sus llaves, dinero y salió de la casa dejando a una chica enana y a un chico-chica que apenas podía mantenerse en pie por sí mismo.

—Sí, claro, bye. — dijo con ironía evidente .

Fue hasta Eiden saludándolo, el chico comenzó a llorar frente a ella sin motivo aparente.

— ¿¡Por qué me haces esto!? — Isla se quedó petrificada del susto —. ¿¡No me responderás!? ¡Me traicionaste!

— ¿Disculpa? — lo observó mejor, tenía un algodón dentro de la boca y hablaba raro, sí, ya sabía lo que tenía.

Eiden se puso de pie con su tambaleo hasta sentarse al lado de Isla.

—Bésame.

Isla negó, pensó en algo rápido para calmarlo pero solo se le ocurrió otra más de sus ideas.

—Lo haré — Eiden frunció los labios esperando el beso —. Solo si me dices si eres chico o chica.

—Espera.

Eiden se apartó un poco, tomó su playera del cuello y observó su pecho alargando un "Oh" más de lo debido. Luego se puso de pie, desabrochó su pantalón y se agarró ahí abajo. Hizo otra expresión de sorpresa.

—¿Me creerás que no lo sé?

Isla bufó, ni drogado le podía sacar algo al tipo ese.

—¿Me besarás? — preguntó con cara afligida, Isla palpó un lado del sofá para que se sentara, ya sentado, la chica le plató un beso en la mejilla —. No me gustó.

—Ni modo.

— ¿Y mi mamita?

—Salió a comprar.

—¿Y si no regresa? ¿Y si me dejó abandonado? ¿Tú cuidarás de mí?

—¿Qué? No, tu madre va a regresar en...

—¡No va a regresar! — se soltó a llorar en el regazo de Isla, esta solo lo veía sin expresión alguna.

Este sujeto está loco, se dijo, pero ni modo, debo de cuidarlo hasta que Elena llegue.

Estuvo ahí un rato recordando el beso que se dieron e involuntariamente sus mejillas se tiñeron de carmesí, la sangre había llegado hasta sus orejas rojitas como tomate.

Vio un destello salir del celular de Eiden, la curiosidad la mataba por dentro y decidió mirar, total, Eiden no recordaría nada de eso.

Lo desbloqueó y entro directamente a WhatsApp donde un nombre llamó su atención. Mónica. Entró a la conversación y se dio cuenta que más que nada hablaban sobre ella, se reían, hacían bromas y Eiden ya hasta le contó sobre su beso. No pudo leer más, la puerta se abrió de golpe y dejó el celular aún lado con varias preguntas en la cabeza.

—Ya llegue.

Isla tomó eso como un "Dobby es un elfo libre" y salió de ahí rápidamente.

Ya le sacaría todo a su amiga o sí o sí.

¿Chico O Chica? (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora