ashes with blood. ⧽ 𝗴𝗮𝗮𝗿𝗮.

Desahogo

Durante los días posteriores, Takara y Karin se volvieron más unidas que nunca. Su lazo se volvió más fuerte desde la muerte de Benko, pues ahora la rubia era encargada de proteger con su vida a la menor y ella ahora solo tenía una sola persona a la cual llamar familia.

Del otro lado de la moneda, Gaara había dedicado su poco tiempo libre en buscar y pedir ayuda a su hermana mayor para que le diera consejos, pues parecía ser una de las únicas personas que estaba dispuesta a tener una conversación sobre Heikin-jū, sin embargo, tenía que rogarle por información, pues la asesina no era su tema favorito.

Temari no comprendía la obsesión que tenía su hermano menor por aquel ser, y aunque cooperaba con algunas cosas que había escuchado de algunos ancianos en su infancia, lo que más le recalcaba era que debía ser encerrada debido a lo peligrosa que había escuchado que podía ser. Estaba completamente convencida de que Karin debía ser capturada por el gran peligro que representaba para la vida de todos en el mundo. Cuando Gaara terminó de escuchar las historias de su hermana sobre su reciente interés, quedó totalmente confundido. Las historias que se contaban no coincidían con lo que él había vivido desde hacía varios días. Karin no parecía ser la misma persona de la que se habló una vez en pergaminos.

Aun confundido, le aseguró a Temari que confiara en él y que esperara, ya que él resolvería el malentendido sobre quién era Karin en realidad, pues él estaba completamente convencido de que ella vivía la misma historia por la que tuvo que pasar recientemente.

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Tras su conversación, ambos se dirigieron al hospital donde residían ambas mujeres, pasaron por la recepción sin preguntar el número de habitación ya tan conocido y continuaron su camino. Sin embargo, antes de poder entrar escucharon la conversación que tenían dentro; ambas tenían planeado abandonar la aldea una vez Takara se recuperará. Aquello que escucharon no le sentó para nada bien al pelirrojo, por muchas razones no quería que se fuera y, sintiéndose egoísta, haría lo que fuera porque eso no sucediera.

Fingiendo no haber escuchado nada, entraron a la habitación; inmediatamente el ambiente cambió. Tanto Karin como Takara se habían acostumbrado a la constante presencia de Gaara, pero a la de Temari no, por lo que la nueva presencia y las constantes miradas amenazadoras que recibían las extranjeras de la rubia no eran bien recibidas ahí.

—¡Hola, Gaara! —saludo con entusiasmo.

—Hola, Takara, Karin —saludo a ambas con amabilidad. Miro de reojo a su hermana para que le dejara hablar a él antes de que las cosas se salieran de control— Esta vez he venido como el futuro Kazekage, y estoy aquí para hablar contigo Karin —espero alguna pregunta por parte de la rubia, pero solo obtuvo silencio, así que continuo— A lo largo de los últimos años has causado una baja considerable en nuestro número de shinobis, por lo tanto, estás obligada a quitarte a enmendar los daños causados a la aldea,

Gaara esperaba que sucedieran un sin fin de cosas tras declarar aquello, es cierto que muchos de los shinobis de su aldea desaparecieron a manos de quien se decía era Karin, pero realmente no le importaba en lo absoluto y por más raro que sonara, era la una historia que creyó creíble para que Karin se sintiera obligada a permanecer en la aldea y el de verdad quería que ella no se fuera. Esperó pacientemente a que la rubia dijera algo, pero durante unos largos segundos no hubo más que silencio.

Karin miró a Takara un momento y después habló.— De acuerdo, nos quedaremos y ayudaré en lo que sea para arreglar el daño causado.

Al ver que Karin aceptaba de inmediato, supo que su hermana no se equivocaba con respecto a su identidad, pero aún tenía una gran pregunta: ¿Cómo es que aquella mujer que se encontraba en frente suyo pudo haber causado toda aquella destrucción? Aquellos pergaminos contaban la historia de un monstruo y para él, ella no lo era.