Algunas noches subía las escaleras y lo miraba desde arriba. Parecía sufrir hasta sumido en sueño. A veces pensaba en marcharme, pero siempre me he sentido atraía por los corazones a medio romper.
Yo era su vía de escape de la realidad, una muralla. Todas las noches, en ese momento de deliro antes de caer, me preguntaba:
—¿Cómo se puede amar y odiar al mismo tiempo?
Yo siempre le contestaba:
—Se ama igual que amas la lluvia en tiempos de sequía. Se odia igual que odias a la tormenta que ha arrasado con lo que creías llamar hogar.
Arisha.
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Ocaso
PoetryÉl estaba perdido antes de conocerla. Ella, la diosa, lo salvó de la caída y lo enamoró sin palabras. Después de ella, ¿quién querría a una musa?