Capítulo 35

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Magnus ha vuelto, debió perdonarlo tan fácil?

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-“Desearía poder tocarte así, Magnus. Quiero decirte las mismas cosas. Creo que puedo descifrar la tercera línea porque tú me has dado paz. De todos los sentimientos tristes y de culpa que arrastré hasta aquí conmigo. Sobre mis padres y Jace, sobre ser como soy. No había pensado en eso antes, pero me has hecho olvidar todo eso. Es como tomar una respiración profunda por primera vez en mi vida. Todo es mucho mejor”

Sintió un toque frío a un lado de su rostro y sonrió, inclinando la cabeza hacia él. Esta noche, no podría llegar lo suficientemente rápido.

-“Entonces, ¿recuerdas la última línea?”

La voz de Magnus se había vuelto tranquila y profunda en su cabeza. Alec sintió que su cuerpo se tensaba. Tanto para sentir paz en este momento.

-“Sí, algo sobre salvación y paz. ¿Pero no estábamos hablando ya de la paz?”
Pasaron unos minutos antes de que Magnus contestara y luego sintió un pulgar rozándole la mejilla. Extendió la mano, tocando su propio rostro, pero sintiendo la conexión.

-“Alexander, no estoy seguro, pero creo que eso significa que, si declaramos nuestro amor el uno por el otro, entonces, tendré que dejarte”
Un profundo suspiro interrumpió el final de sus palabras.

Alec se paralizó y sintió su estómago contraerse otra vez. Su mente recordó la última línea del hechizo que había leído en la hoja de papel.

Su salvación será tu liberación.

No. No, no, no, no puede significar eso. Eso sería demasiado cruel. El corazón de Alec comenzó a latir más fuerte y su respiración se volvió superficial.

-“Magnus, ¿por qué Catarina haría eso para que en el momento en que finalmente encuentres el amor, tengas que renunciar a todo? Eso no tiene sentido”

Sus ojos estaban empezando picarle por las lágrimas de nuevo.

-“Creo que tal vez lo hizo porque no llegó a tener al amor de su vida, por lo que quería castigarme de alguna manera. Como colgar una zanahoria delante de un caballo para hacer que se mueva. Simplemente colóquelo lo suficientemente lejos para que pueda verlo, olerlo, incluso tener un pequeño mordisco, pero no lo suficientemente cerca como para tenerlo apropiadamente”

Alec negó con la cabeza vigorosamente.

-“No, me niego a creer eso, Magnus. Catarina no parece el tipo de persona que juega tan cruelmente con alguien”

-“Mi amor, la has conocido por, ¿qué? ¿Menos de una semana? La conozco desde hace más de cien años. ¿Quién crees que sería el mejor juez de carácter, hmm?”

Alec no quería creerle, pero lo que dijo tenía sentido. ¿Cómo podría él conocer a la verdadera Catarina? Sin embargo, todavía no quería creer que eso era lo que significaba la última línea.

-“¿Tal vez podría ir con ella y pedirle ayuda? Sé que está enferma, pero tal vez podría al menos indicarnos la dirección correcta para buscar ayuda”

-“No, mi corazón, ya lo he intentado. Catarina y yo también tenemos una conexión. Nada tan intensa como la nuestra, pero una conexión al fin de cuentas. Pensé que tendría una solución para esto, pero parece que no. Apenas sabía lo que estaba haciendo la primera vez, y no creo que estuviera dispuesta a arriesgar nada más. Cualquier tipo de hechizo como este tiene un precio. Perder su vista, de alguna manera estar atada a mí y luego a mi eventual liberación y posterior desaparición es el precio pagado por su pequeña aventura en un área del que no sabía nada. Es como cualquier tipo de poder; no importa cuánto derecho creas que tengas para comenzar, tienes que aprender a respetarlo, conocer sus reglas y sus límites antes de usarlo. Ella no lo hizo y este es el resultado. Como dije antes, podría haber sido peor”

Su Salvación - His SalvationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora