Genio y figura hasta la sepultura
—¿A qué te dedicas?
—¿De verdad quieres saberlo? —fijó su mirada en el niño que tenía al lado. Era un mocoso de unos seis años, con el pelo muy rizado y pecoso. Sus ojos ambarinos tenían una mezcla de melancolía y tristeza. Su abrigo de pana, estaba hecho jirones así como el pantalón, que tenía dos buenos tomates. Se preguntó por qué su madre no se lo remendaba.—Porque si quieres saber las respuestas, debes arriesgarte a una respuesta que probablemente no te guste. —Quizás había sonado demasiado brusco pero le molestaban los niños impertinentes. Sin embargo, el pequeño no pareció notarlo. Se quedó pensativo unos minutos y por fin esbozó una sonrisa.
— Me arriesgo, pero a cambio tú debes adivinar a qué me dedico yo.
Yo sonreí por esa ingenuidad que los caracteriza a los niños.
—¿Tú? —dije contagiado por su sonrisa.
—¿Acaso crees que porque sea pequeño no tengo nada mejor que hacer? — se ofendió.
— La verdad es que no sé qué haces aquí sentado a mi lado escuchando a este viejo loco. ¿Te has perdido?—No. Pero hemos quedado que tú primero ibas a decirme a qué te dedicabas.
—Está bien, tienes razón, soy poeta. Vengo todos los días a este parque para captar la sonrisa de esa vendedora tan simpática, la luz del atardecer y a ese hombre que siempre pasea su perro a la misma hora para escribirles un poema. ¿Sabes lo que son?
—Sí. Y ¿les gustan?
— No lo sé. Porque ellos no saben que les escribo un poema.
—¡Ahh! —El niño se giró hacia el lugar que señalaba el hombre y frunció el ceño—. Y ¿desde cuándo dices lo haces?
— No te lo he dicho.
El niño se removió en su sitio inquieto, como si algo de lo que hubiera dicho le hubiese incomodado.
—Entonces, ¿no lo sabes?
—¿El qué no sé?
—Qué llevas aquí viniendo día tras día durante años.
Abrí la boca pero enmudecí. ¿Cómo era posible que aquel niño supiese aquello? Él ni siquiera había nacido.
—¿Ya sabes a qué me dedico?
Lo miré asustado y de pronto sentí un escalofrío que me recorrió por dentro. Al ver que no le respondía se me adelantó:
—Soy la muerte y ya va siendo hora de que nos marchamos. Echa un último vistazo y disfruta de la vista. Cuando te sientas preparado nos vamos.
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Relatos Cortos
RandomUna selección de relatos cortos que nada tienen que ver entre sí. Puedes disfrutar de pequeñas lecturas que van desde el más absoluto terror a la más pura diversión, pasando por el amor.