Una casa, dos niños

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Isla salió de la ducha envuelta en una toalla que le había prestado Timmy, era media noche y habían decidido que la chica que se quedaría a dormir mientras se le bajaba el enojo —que tardaría semanas en irse—.

Tomó la ropa que su amigo le dejó sobre la cama; una camisa tres tallas más grande, boxers y un short enorme pero que era el más pequeño que había. Se vistió, secó el cabello y peinó con los dedos lo mejor que pudo y fue a la cocina donde Timmy cantaba mientras hacía hot-cakes.

—And I need you, And I miss you, And now I wonder, If I could fall into the sky, Do you think time would pass me by? 'Cause you know I'd walk a thousand miles, If I could just see you... tonight — canturreaba dando vueltas sin percatarse de la presencia de la invitada.

Isla aplaudió y gritaba "bravo".

—N-No sabía que estabas viendo.

Isla río. Timmy tenía puesta una playera como la de ella solo que en lugar de negra era blanca, llevaba pantalones de algodón negros y estaba descalzo. Algo que le llamó la atención, aparte de que no llevaba sus anteojos, era que con el cabello húmedo cayéndole por la frente se le hacía más apuesto. Isla mordió involuntariamente su labio inferior y mejor miró el plato que le acercaba. En él había hot-cakes, fresas partidas a la mitad y manzanas en cuadritos, también le tendió un vaso de jugo de naranja.

—No sabía que cocinabas.

—Esto no es nada, yo hago la comida cada día.

—Uy, el señor chef. — bromeó ella.

—No es eso es que...

—Hey, es solo mi habitual sarcasmo.

Comieron en un silencio cómodo, jugando con la comida y en una de esas terminaron manchados gracias a la miel que se tiraron el uno al otro. Resbalaron en el piso con ella, limpiaron, se ducharon de nuevo y pusieron una película en la televisión del cuarto de Timmy. Su casa era espectacular a los ojos de Isla, era grande, más que la de ella, y con decoración armoniosa, cuadros con pinturas y fotos de la familia del chico. Sip, era como una mansión pero más chica.

Se debatían entre poner "El diablo viste de Prada" o "La propuesta" aunque también se inclinaba hacia "Una esposa de mentiras".

—De tin marin de do pingüe, cucara mácara títere fue, yo no fui fue Tete, pegale, pegale que ese merito fue-e-e-e-e.

Una esposa de mentiras ganó la batalla.

La vieron hasta el final pero aun cuando ya eran más de las dos de la madrugada ninguno quería dormir.

—¿Qué hacemos ahora?

—No lo sé... ¿sabes? nunca he traído una niña a casa.

— ¿Enserio? — preguntó sorprendida.

Estaba claro que Timmy en comparación con sus amigos era un chico al que no se le ponía mucho interés y no porque no fuera apuesto sino porque sus amigos eran más sociables, extravagantes y guapos, pero una vez conociendo a Timmy podías darte cuenta que era ese chico lindo y atento que buscas, que te saca de un aprieto y trata de hacerte sonreír si está en sus manos.

—¿No... Has tenido novia? digo, para que se las presentes a tus padres al menos.

—Noup, digamos que no me enfoco en eso tanto como mis amigos que van con una y después otra, excepto Lalo, él lleva dos años con la misma chica.

—Ya veo.

¿Y si le pregunto si le gusto de verdad?, Isla tenía esa duda en su mente desde hacía horas pero tenía miedo de la respuesta... Pero ¿por qué?

—Timmy... ¿yo te gusto?

¿Chico O Chica? (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora