Capítulo 3

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Yixing no puede recordar si en algún momento ha tenido el control de su propia vida. Desde que tiene uso de consciencia, fueron sus padres los que siempre estuvieron ahí para guiarlo y tomar todas las decisiones por el mismo. Ya fuera la más simple, como aquella vez que su madre decidió que debía tomar lecciones de piano y él dedico todo un verano en aprender a tocar. La sonrisa que puso su madre al verlo tocar una pieza completa no alcanzo a llenar su pecho. No pudo estar orgulloso de su esfuerzo. Al contrario, se sintió vacío. Él sabía que esa sonrisa solo significaba una cosa. La mujer tendría una cosa más que presumir frente a su círculo de amigas. Sin embargo, prefirió no contradecir u opinar siempre que ella decidía algo en su lugar, quizás con el pensamiento de que la sonrisa que ponía al verlo hacer algo nuevo, algún día lo llenaría.

No fue así. Con el paso del tiempo Yixing siguió sintiéndose más vacío y menos orgulloso de si mismo. No obstante, así como paso el tiempo y él aprendió mil cosas, también aprendió a fingir. Fingir que estaba de acuerdo y que no le molestaba que eligieran por él. Llego un punto en el que se engañó a sí mismo y pronto, la misma sonrisa que ponía su madre estaba en su rostro también, fingiendo estar orgulloso de sus esfuerzos.

Por eso, cuando sus padres decidieron mudarse a un lugar nuevo y desconocido para él, fingió estar de acuerdo con dejar a su país natal y agradecido por su nueva vida en Corea, con más lujos de los que ya tenía. Recuerda haber tragado el nudo en su garganta y aguantarse las lágrimas por dejar a la única amistad que tenía en el colegio. Subió a ese avión y sonrió, rindiéndose ante esas dos personas enfrente suyo. De ahí en adelante hizo todo lo que le dijeron. Complaciéndolos y siguiendo sus reglas. Incluso no se molestó cuando decidieron la carrera que estudiaría.

Y cuando el mundo se vio envuelto en problemas y necesidades, entonces El Dorado apareció como la única salida a todo.

Ingreso al sistema y agradeció una vez más por la vida que tenía.

Aunque fuera un cobarde y estuviera muerto del miedo.

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Yixing comienza a reaccionar de a poco. Esos recuerdos de su vida y de sus padres se esfuman de su mente en cuestión de segundos. Mueve los dedos de sus manos lentamente y de pronto, se encuentra total y absolutamente despierto. Tiene miedo de abrir los ojos, pues comprende exactamente que esto no es sueño y él fue secuestrado. Por más vueltas que le dé al asunto, es consciente de que no tiene la ventaja aquí. No tiene la menor idea de que hacer y sabe que esto solo es el comienzo de un ataque de pánico.

—Joder, ya quítate esa mierda. Tsk, tan ruidoso. —alguien dice a su lado, su voz suena distorsionada. Puede escuchar otro sonido de fondo, aunque aún no es capaz de comprender que es. Intuye que sus oídos están tapados y solo hasta que una risa estruendosa, de la misma persona que hablo antes, se escucha y hace que este sentido se active.

Ahora puede oír todo con claridad y al pasar solo cinco segundos logra distinguir ese distintivo sonido de fondo. Es una alarma. Un pitido fuerte e irritante.

Y viene de su collar.

Yixing sabe lo que ese sonido significa. Sin importarle nada más, se levanta alarmado y lleva las manos hacia su collar. El aparato vibra apenas un poco con cada sonido que hace. Mirando a su alrededor, se da cuenta que todavía sigue en la van en la que fue prácticamente arrojado. No sabe cuánto tiempo ha pasado, pero al ver la noche cayendo por las ventanas, se da cuenta que en realidad no mucho.

La vibración en sus manos no lo abandona y entonces comienza a hiperventilar. El sonido solo le recuerda en lo que se ha convertido ahora. Un traidor. Su pecho se mueve frenéticamente de arriba hacia abajo y se da cuenta que ese hombre, Baekhyun, está mirándolo. El collar que lleva también está vibrando y sonando estruendosamente. El círculo en el medio está totalmente en rojo y aunque Yixing no pueda ver el suyo, sabe que está en las mismas condiciones. Otro hombre que lo acompañaba en la institución se encuentra su lado, una caja de herramientas entre sus piernas mientras busca alguna pinza.

The Comfort Zone - BaekLayWhere stories live. Discover now