Con el corazón en la mano

Envidia

Despacio y al acecho, firme y siempre derecho.
Tu cara de felicidad me causa repulsión.
Entre sombras, el odio me cobija y doy

paso a diseñar mi nuevo universo.

La paciencia se volvió amante de mi ambición,
y ella me acaricia para calmar la exitación
que me provoca pensar en tu ruina.

Verte sumido entre sollozos, gritando de dolor
y desesperación, mientras yo disfruto de los
placeres de tu mundo, es lo que más deseo.
Tu alegría es solo una eternidad efímera.

Solo quiero tener lo que tu tienes.

Ven, te seduciré con mi sonrisa.
Acércate más, puedes confiar en mi.
Tu presencia es repugnante, permíteme
vomitar en tus sueños y tu esfuerzo.

¿Aún no es suficiente para acabar contigo?

Pues con permiso, desmembraré tus
recuerdos de placer y satisfacción.
Al fin, tu vida es de mi propiedad.
Ya no tiene caso resistirte, déjame

marcar todo lo que posees.

Puedes retirarte, mi estimada alma en pena.
Ya tengo tus sonrisas, tu sangre, tu alma,
los frutos de tu esfuerzo, tu existencia.
Mis gritos de euforia resuenan en la penumbra,

ellos serán los cánticos de tu despedida.
Ya no eres más que una cáscara vacía.
Ahora tengo lo que tú tenías.