Capítulo 03.1

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Ya tenía dos semanas aquí en Forks, me había hecho amiga de los Cullen, especialmente de Cedric, aunque no podía engañarme, mi afinidad con él no era algo tan simple como la amistad, pero eso no quería decir que me había enamorado, había decidido llamarlo curiosidad, algo tan simple como eso. Me intrigaba la manera en la que me veía, como parecía estar pendiente de mí, o como es que sabía cuándo llegaba al colegio para estar ahí y abrirme la puerta, se había cruzado varias veces con Charlie gracias a su insistencia de ser un caballero.

Iba camino al colegio, esperaba que mi caballero me abriera la puerta del auto como se le había hecho costumbre para luego acompañarme a mis clases y estar ahí en los cambios de horas y para almorzar junto a sus hermanos. Efectivamente, allí estaba, tan guapo y perfecto como siempre, era como tener a un hermoso ángel frente a mí, se acercó con esa sonrisa que yo sentía que era solo y por mí, abrió mi puerta saludando a mi padre mientras me ofrecía su mano para ayudarme a salir. Me despedí de papá y preste toda mi atención a Cedric.

-¿Cómo amanece mi caballero hoy?- hace unos días se me escapo ese apodo, que se supone que solo yo debía saber y desde entonces le digo así.

-Mejor ahora que estoy frente a esta hermosa dama.- respondió sonriéndome, sentí mis rodillas temblar, era difícil de ignorar el hecho de que me llamara hermosa.

-No deberías decirme esa clase de cosas, podría llegar a creérmelas.- aunque trate de sonar lo más casual que pude eso no evito que a la final mi voz fuera casi un susurro, también era difícil cuando él aun no soltaba mi mano, un detalle difícil de pasar por alto.

-Deberías empezar a creértelo, porque quiero hacerte una pregunta importante.- no entiendo porque tiene que guardar silencio y dejarme con la intriga por incontables segundos.- ¿Podría esta hermosa dama, hacerme el grandísimo honor de tener una cita conmigo?- ok, eso no me lo esperaba, sentía como me faltaba la respiración, este chico en tan poco tiempo se estaba volviendo muy importante en mi vida.

Sonreí, no sabía qué hacer, nunca me habían invitado a una cita antes y menos de esta forma.- Sí. – mi voz había sonado ridículamente baja, no podía estar más avergonzada, baje la mirada tratando de escudarme de su penetrante mirada con mi cabello.

Tomo mi barbilla con su mano libre y me hizo verlo, él se estaba acercando más de la cuenta, me puse más nerviosa de lo que ya estaba, dejo un beso en mi mejilla, sus labios eran fríos, gélidos, sentí mis mejillas enrojecer más de la cuenta. Con una sonrisa en su rostro sin soltar mi mano nos guio a ambos al interior del colegio, y solo en ese momento me di cuenta que habíamos montado toda una escena en el estacionamiento donde se encontraba la mayoría de la población estudiantil, incluyendo sus hermanos, mas avergonzada no podía estar, camine un poco más rápido para que dejara de parecer que me estaba arrastrando, con mi mano libre tome su brazo acercándome más a él, mi escudo de las miradas y cuchicheos de los demás.

-Nos vemos en un rato, y pasare por ti el sábado, avísale a tu padre, ya yo hablé con él.- me dijo cuándo me dejo frente a mi salón de clases. Estaba a punto de irse cuando lo tome del brazo para detenerlo.

-¿Qué quieres decir?- pregunte, como única respuesta recibí una sonrisa y un guiño.

Lo iba a matar, por su culpa no logre concentrarme durante la clase, no paraba de pensar en él, ¿Qué me estás haciendo Cedric Cullen?




El sábado no podía estar más nerviosa, tenía una cita, una cita con Cedric Cullen mi amigo, quería creer que el hecho de que mi primera cita fuera con él no era lo que de verdad me importaba sino que era mi primera cita. Escuche el timbre sonar y mis nervios aumentaron, tome mi bolso y mi abrigo antes de darme una última mirada al espejo, mi cabello lucia perfecto, mi maquillaje estaba bien, mi ropa no tenía ninguna arruga, y lo mejor parecía que no me había esforzado demasiado en mi apariencia para la cita, una ventaja de usar vestido o falda todos los días, los pantalones no son muy lo mío.

Me coloque mi abrigo mientras bajaba las escaleras, ahí me esperaban mi papá y Cedric, este último no me había decepcionado en lo más mínimo, incluso podría asegurar que estaba más guapo de lo que acostumbraba a verlo a diario, tenía en sus manos un hermoso ramo de flores, grande fue mi sorpresa al darme cuenta que eran mis flores favoritas, rosas blancas y azules. Charlie no parecía con ganas de matar a Cedric, aunque por la noche no había parado de quejarse que era demasiado pronto para que me interesara en un chico.

-Espero que cuides muy bien de mi hija, recuera lo que platicamos.- esas últimas palabras de mi padre no pasaron por alto para mí, era como si hubieran hablado antes y yo no supiera nada.

-Luego te cuento.- comento con su encantadora sonrisa ofreciéndome su mano para ayudarme a bajar los últimos escalones de la escalera, me tendió el ramo y no podía evitar mi sorpresa, coloque el ramo en un jarrón con agua, me acerque a mi padre y me despedí de él con un abrazo.

Mi caballero me tendió su brazo para que lo tomara y así salimos de mi casa, me llevo hasta su auto pero antes de dejarme entrar me detuvo.-Luces muy hermosa este día.- sonreí ruborizada y entre al auto mientras lo escuchaba reír, a veces pensaba que lo hacía adrede para su propia diversión.

-¿Qué quieres hacer?- pregunto.

-No sé qué se hace en esto de las citas, es mi primera cita.- Cedric me observo de reojo y sonrió, se está burlando de mí, lo presiento.

-Entonces mejor para mí, así seré él primero con el honor de tener una cita contigo, haremos lo que ya tenía planeado.

-¿Entonces por qué me preguntaste que quería hacer? – no lo entendía, si planeo algo para que preguntar.

-Para complacerte.

Era plenamente consciente que esta cita así terminara convirtiéndose en un desastre yo siempre la catalogaría como perfecta, no sabía a donde me llevaba pero creo que se dirigía al bosque, mi padre me había prohibido ir ahí, podría perderme, pero me sentía segura si estaba al lado de Cedric, él no permitiría que yo me hiciera daño.

Llegamos a donde sea que sería nuestra cita, me abrió la puerta como acostumbra y tomando mi mano nos ayudó a internarnos en el bosque, era inevitable ver hacia atrás, cada vez nos alejábamos más del auto y ya se me dificultaba verlo, a pesar de mis preocupaciones no se las hice saber, perfectamente en estos momento podría matarme y yo no pondría resistencia, estaba hechizada con solo su presencia.

Era un hermoso claro con muchas flores a donde fuimos, era una lástima que el día estaba nublado, aunque no soy fanática del sol creo que si hubiera aunque sea un poco todo se vería mas mágico de lo que ya lo era, el lugar estaba arreglado para un día de campo, pero uno muy diferente al tradicional mantel en el césped y la cesta, habían varias mantas y muchos cojines de diferentes colores con una pequeña mesa en medio llena de comida, habían muchas frutas, era difícil de describir todo. Podía imaginarme la cita perfecta y ni de cerca se parecería a esta.

Me invito a sentarme y comimos un poco de todo lo que trajo, hablamos de todo y de nada, en un determinado momento dije algo que le molesto y salí corriendo mientras me perseguía, lo que al inicio era una pequeña pelea se convirtió en un juego, él me seguía, yo corría tratando de escapar pero él siempre me atrapaba rodeando sus brazos en mi cintura y dándome unas cuantas vueltas mientras me cargaba, me soltaba y yo volvía a correr; sin duda esta era la cita más particular del mundo, no era para nada convencional.

Ya me había cansado y él parecía como si en los últimos treinta minutos no hubiésemos estado correteando como niños, este hombre parece como si nunca hubiese corrido, que envidia, me tire en los muchos cojines que estaban esparcidos y Cedric se sentó a mi lado, solo nos observábamos sin decir nada, no eran necesarias las palabras.

La tarde ya caía, el crepúsculo se acercaba, y Cedric y yo nos encontrábamos aun en este maravilloso claro, yo estaba sentada mientras él descansaba su cabeza en mi regazo y yo con una mano acariciaba y jugueteaba con sus negros cabellos, él con sus manos jugaba con mi mano libre.

-¿Te ha gustado esta cita?- pregunto de repente rompiendo el silencio, me fue inevitable sonreír.

-Yo diría que ha sido perfecta.- mi respuesta lo hizo sonreír.

-Podremos tener más citas perfectas como esta si así lo quieres.

-Me encantaría.

-Es una promesa.- prometió haciéndome sonreír mucho más, él correspondió a mi sonrisa.

𝕆𝕝𝕧𝕚𝕕𝕠 | 𝕷𝖆 𝕳𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓𝖆 𝖉𝖊 𝕭𝖊𝖑𝖑𝖆 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora